Hay días como hoy, después de la alegría de ver los
de otras chicas, que empieza a surgir en mi la niña pequeña caprichosa que no para de decirme: Jolín! Yo también quiero!!!
porque yo no puedo!???
Una lucha interna por mantener la calma.
Mi cabeza fría y calculadora me dice que tenga paciencia, que ya falta menos y que llegara cuando tenga que llegar. Me dice que me aleje un poco de todo esto, que es de ser un poco masoquilla estar todo el día leyendo sobre lo mismo, las alegrías de otras, que son un hilo de esperanza pero también son un recordatorio de que tu no lo has conseguido. Y los miedos de otras, que te abren un mundo oscuro que ni te habías planteado.
Y luego está mi corancinzillo, deseoso de saber lo que les pasa a las demás, de imaginar como se sienten, de alegrarse y de sufrir en compañía. A días eufórico por los ánimos que se transmiten en este foro, alegre porque todas tarde o temprano vamos a conseguirlo, y a veces vulnerable, como hoy, en la que la niña que llevo dentro no me deja en paz y no para de lloriquear porque ella también quiere.