Crónicas de partos

nurini

Bueno, me toca!

Todo empezó el 20 de mayo. Ese día tenía tocólogo y en la exploración, la doctora me dijo que estaba dilatada de 2cm. Mi fpp era para el 22 de mayo, pero como me vió "un poco verde", decidió hacerme esa maniobra que ahora no recuerdo cómo se llama en la que te desprenden la bolsa para que el parto no tarde en llegar. Dicho y hecho! jeje. Días antes ya había tenido contracciones, sobre todo por las noches, pero nada regulares. Total, que esa tarde, después de la visita al tocólogo, las contracciones se fueron haciendo más continuadas, cada media hora más o menos, y eran bastante dolorosas. Aguanté como una campeona toda la noche, en que me venían cada 15 minutos y luego cada 10. No dormí nada. Por la mañana las contracciones eran cada 8 minutos. Mi marido tenía que irse a trabajar, pero no sabía qué hacer porque yo le decía que no sabía si teníamos que irnos ya o no. Me entró un poco de miedo. Las contracciones me venían cada 4 minutos a las 8 de la mañana, así que fui a vestirme para irnos al hospital y cuando llegué al salón de nuevo noté como si me hubiera venido la regla de repente. Fui al baño y acababa de romper aguas, aunque caía muy poco a poco. Se lo dije a Samuel, corrió a coger la bolsa del hospital y nos fuimos a toda leche. Recuerdo el camino al hospital, todo el rato pensando en que había llegado el momento. Pero joer, si todavía no había acabado de asimilar que estaba embarazada, cómo iba a afrontar que en unas horas sería madre??? LLegamos al hospital y como no había sitio para aparcar cerca de la entrada, Samuel me dijo que me dejaba en la puerta de urgencias mientras iba a buscar sitio, pero no quise entrar sola, así que allí esperé sola y con contracciones constantes hasta que volvió a por mí. Lo recuerdo como si fuera ayer.
Tuve que esperar 15 minutos a que me atendieran y luego me tocó una niñata joven y muy borde que me exploró como un veterinario examina a una vaca y pasó de mí como de la mierda. Menos mal que la enfermera era encantadora y me ayudó en todo. Cuando la energúmena acabó, se fue a la sala contigua y mientras, seguía hablándome desde allí y metiéndome prisa para que me vistiera y saliera. Menuda idiota! Me dijo que estaba de 3cm, me preguntó si iba a querer epidural y como le dije que no, se me quedó mirando con cara de asco y me dice: "pues luego te va a doler mucho más que ahora". Ahí, dando ánimos! Luego recuerdo que tuvimos que acompañar al celador hasta el ascensor por un pasillo que me pareció eterno porque cada 2 pasos tenía que parar porque las contracciones no me dejaban seguir. Menos mal que era majo y entre resoplido y resoplido acabamos medio riéndonos. En la habitación me dijo una enfermera que me pusiera el camisón y que me lo quitara todo, ropa, horquillas, pendientes... TODO y que en breves vendrían para llevarme a dilatación. Mi marido, que es un cabronazo, aprovechó esos momentos para sacarme una foto en plena contracción, en la que salí enseñándole el dedo corazón, jejeje. Pura ternura! jejeje. Al poco me llevaron a la sala de dilatación, que era pequeñita, con una cama, un monitor, un baño y lo que más me gustó: una ventana enooorme desde la que se veían los prados de alrededor (esto lo descubrí después de parir, jeje). Eran las 12. Me monitorizaron y le pusieron un electrodo en la cabecina a mi pequeñaja, para controlar que todo fuera bien. No quise lavativa ni epidural, lo quería todo lo más natural posible. La matrona me dijo que tenía que ponerme oxitocina porque la dilatación iba lenta y cada poco venía a verme y a preguntarme qué tal lo llevaba. Era un encanto, dulce, atenta y encantadora, al igual que la auxiliar y la enfermera.
Pedí una pelota para aliviar un poco el dolor y enseguida me la trajeron. Mi marido estuvo conmigo todo el rato hasta las 2, que lo mandaron a comer porque "aún quedaba". Mientras, la enfermera se quedó conmigo, dándome masajes, mojándome con agua la espalda y, en fin, haciendo todo lo que le pedía. Fue una pasada! Recuerdo que hacía sol y mucho aire porque la ventana la tenía a mi espalda y me aliviaba un montón cuando entraban las ráfagas, que eran bastante fuertes. A las 2 y media mi marido estaba de vuelta. Yo seguía en la pelota, botando, agarrada a la cama y mordiendo la sábana para aliviar un poco. Entonces me entraron muchas ganas de empujar y se lo dije a la enfermera. Fue a avisar a la matrona y me pidieron que me tumbara en la cama para ver cómo iba, pero yo no podía. Las contracciones se unían y apenas podía botar, cuanto menos ponerme de pie y tumbarme en la cama. Al final lo conseguí y al examinarme, vieron que ya estaba de 10cm. Recuerdo las palabras de la matrona: "Mira Samuel, ya se le ve la cabecita, quieres verla?". Justo cuando se acercó, la matrona me decía: "no empujes, espera, escúchame Nuria" y justo después la sentí salir y ponérmela encima. Eran las 15.15 del 21 de mayo de 2010 y allí estaba mi hija, con 46cm y 2760g. Había nacido en la sala de dilatación! jeje. Era la cosa más preciosa del mundo, morada, pequeñita y arrugada. Poco después me la quitaron para examinarla y lavarla un poco y, mientras, a mí me llevaron a la sala de partos. Allí vieron que no necesitaba puntos y, según palabras de la matrona: "ya estaba lista para tener otro", jejeje.
Me la volvieron a poner encima, ya vestida y con un gorrín precioso, jeje. Se la pasaron a su padre y aquel momento fue... pufff! Emocionante es poco! Después de un rato, mi marido tuvo que salir, se llevaron a mi pequeñaja y a mí a la sala de dilatación otra vez, a recuperarme sola y descansar durante una hora que se me hizo eterna. Cómo iba a dormir y descansar??? Yo lo que quería era abrazar a mi niña! A la hora y pico me la trajeron y me la pusieron a mamar y se agarró muy bien a la primera. Nos dejaron solas otra hora, la mejor de mi vida. Hablé con ella, la miré emocionada, la acaricié... No podía creer que fuera mi hija! Luego entraron para llevársela a nidos y, a continuación, a mí me llevaron a la habitación pero en el pasillo ya me estaban esperando mis padres, mi abuela, mis suegros y mi cuñao con mi marido. Lo que más recuerdo son las palabras de mi madre desde lejos: "tienes una niña preciosa, es preciosa!". Fue el mejor día de mi vida! Tengo una niña preciosa, simpatiquísima y muy muy buena, aunque de tranquila tiene poco! jejejeje. Es el amor de mi vida!

PD. Siento el rollo, pero es que lo recuerdo todo tan bonito, que me emociono!!!