Hola a tod@s:
Mi nombre es Camelia, y después de mucho tiempo pensándolo me he decidido a contar mi historia. Este es un diario que no es un diario, es un ejercicio para mitigar mi dolor… Ya sabéis de antemano que la historia no es buena. Y por ahora espero que algún día la lluvia de mis lágrimas pare y pueda salir el sol.
No sé por dónde empezar… Los recuerdos se agolpan en mi memoria y me saltan las lágrimas. Como muchas he perdido un hijo, una hija en este caso. La única diferencia con el resto es que yo no soy abortadora de repetición ni esta pérdida fue en el primer trimestre. Mi pequeña se fue con 25 semanas… Por culpa de una maldita enfermedad que casi acaba con mi vida: LA PREECLAMPSIA. Y como si de la lotería se tratase la variante más peligrosa: El síndrome de HELLP (ya os contaré más adelante qué es realmente, lo prometo). El hecho de perder un hijo (o los que sean) es realmente doloroso, si a eso debes añadir que debes luchar por tu vida, también entenderéis el dolor que siento aunque haya pasado más de un año de aquel fatídico día.
No penséis que estoy hundida en mi miseria; no es así porque en este año y algo me han pasado cosas maravillosas: me casé con el amor de mi vida, conseguí trabajo y me he recuperado físicamente de aquella horrible pesadilla. Incluso es posible que mi pequeña me haya echado una mano y mientras escribo estas líneas un nuevo ser se esté gestando en mi interior (habrá que confirmarlo, creo que son cosas mías).
Quiero con este diario honrar a mi hija y a todos nuestros hijos no nacidos, y obtener ese punto de esperanza necesaria para seguir adelante… Porque pienso que algún día esta Camelia verá a su Sol… ¡Se lo ha ganado a pulso!
Y algún día saldrá el sol...
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