No nos vamos a rendir jamás hasta tenerte!
Estoy tan ilusionada y motivada que tengo ganas de escribir y contar.
Todo empezó a principios del 2016 cuando con la broma con mi marido los dos empezamos a dejar caer como el que no quiere la cosa el querer tener un hijo... Llevamos 14 años juntos de los cuales 4 casados.
Empecé a hacerme las analíticas para que me miraran, ecografía para que todo estuviera bien para empezar la búsqueda. Cuándo ya teníamos todo los resultados y todo estaba perfecto empezamos la aventura. Los primeros meses, era en plan bueno es el primero, bueno es el segundo, bueno es el tercero... hasta que empiezan a ser seis... y las ganas de que llegue van en aumento y ves que no hay manera de conseguirlo. Entonces mi gine le mandó hacerse un seminograma a mi marido y la movilidad era muy bajita con lo cual le visitó un andrólogo. Le mandaron un tto durante 3 meses y repitió seminograma y solo hizo que empeorar resultados. Así que decidimos seguir la búsqueda pensando que de los bichines que habían buenos alguno llegaría. Entonces fue en el 2017 en junio, cuando vimos por primera vez nuestro positivo, no nos lo podíamos creer. Una ilusión tan grande la que teníamos de haberlo conseguido... empiezas a buscar nombres, a mirar ropita, habitaciones... con la mala suerte de que a las casi 6 semanas, en el trabajo, noté como si me bajara la regla. Cuando plegué me fui para casa. Me daba hasta miedo conducir, porque me parecía que por esforzarme estaba perdiendo lo que más quería. No quería ver lo que había manchado me daba mucho miedo, pero por desgracia estaba sangrando mucho y me fui para el hospital. Al hacerme la ecografía me decían que no veían nada, y con el beta tan bajito me confirmaron que era un bioquímico. El mundo se me vino encima y toda la ilusión que teníamos se perdió sin más.
Al ciclo siguiente ya podíamos continuar buscando ya que no había habido legrado y conseguí volver a quedarme. No podíamos creer de nuevo nuestro positivo. A las 6 semanas y pico fui a hacerme la primera ecografía y no me veían nada. Me hice 1 beta el cual confirmó que estaba de 6 semanas y pico y a los 2 días me hice otra que había subido y confirmaba estar de las 7 semanas. El mismo día que me hice el segundo beta, un dolor por la ingle y la pierna derecha se apoderó de mi, que no me dejaba ni ponerme derecha, pensé dolores del embarazo... pero cada vez iba a más, y fuimos para urgencias. No voy a hablar del trato recibido por parte del hospital porque fue una auténtica vergüenza. Creo que el peor momento de mi vida lo estaba pasando de la mano de mi marido mientras me hacían la ecografía y sentía a los médicos decir que tenia un ectópico tubárico. Mis lágrimas no paraban de caer, de pensar que otra vez se iba todo a la mierda y que encima tenían que operarme por lo peligroso que era. Me tuvieron que operar de urgencia, mi trompa derecha estaba atrofiada y casi pierdo el ovario derecho también pero por suerte no. Me había reventada la trompa y tenia hemorragia interna. La recuperación fue muy dura, y de nuevo la ilusión se fue, que eso es lo peor de todo, bueno lo peor era que mi habitación en el hospital estaba en maternidad mientras escuchaba a los bebes llorar y al lado tenia la sala de las correas que la escuchaba un montón cuando se las ponían a alguna embarazada. En esos momentos no quería volver a saber nada de embarazos y la pena que tenia era inmensa. Fue aquí cuando dije nunca voy a ser mamá, no valgo para ello.
A los meses, me hice la histeriosalpingografia, y la trompa izquierda estaba en perfecto estado (mereció la pena tanto dolor de la prueba). Una vez pasado el tiempo que nos dijeron que podíamos continuar con la búsqueda, nos pusimos de margen hasta este verano para plantearnos hacernos FIV, ya que creemos que es lo mejor que haríamos.
Pues así ha sido, el viernes empecé con el tto, y mañana tengo visita con mi doctora para control. Estoy deseando ir a ver que nos dicen. Tenemos mucha ilusión y sabemos que cada vez está más cerca nuestro sueño de ser papás. Espero que así sea pronto.