Relación entre fertilidad y nutrición
La fertilidad y la nutrición están estrechamente ligadas, por eso, el primer paso para lograr un embarazo sin riesgos es tener una buena alimentación. Las carencias de nutrientes pueden provocar alteraciones en tu ciclo hormonal o, en el caso de que quedes embaraza, en el desarrollo normal de tu bebé.
Como preparar el organismo para el embarazo
Antes de buscar un embarazo, es indispensable preparar lo mejor posible nuestro organismo para albergar un nuevo ser. Por ello, es importante realizar una consulta con un profesional de la nutrición que pueda asesorarnos y darnos una dieta adecuada.
Es indispensable realizar varias comidas al día y dos colaciones con alimentos variados y naturales. Respetar el horario de cada una de ellas y realizarlas de manera tranquila, sin realizar ninguna otra actividad a la vez.
El consumo de frutas y verduras es fundamental, debido al gran aporte de nutrientes. Cuando más colores tengas en el plato, más nutritivo será, así que no te olvides de incorporar al menos cinco raciones de frutas y verduras al día. Recuerda que las verduras conservan sus nutrientes si las comes inmediatamente después de haberlas cocinado, por eso no intentes prepararlas con mucha anticipación y si es posible cocínalas en su misma agua al vapor. En cuanto a las frutas sucede lo mismo, cuando prepares jugos de frutas naturales, las mejor bebida para acompañar las comidas hazlo para el momento del almuerzo o cena pero no los prepares para mantenerlos guardados hasta el momento de consumirlo porque las frutas pierden sus vitaminas.
También debes consumir lácteos (leche, quesos, yogurt, manteca) y cereales (granos de trigo, pan integral, arroz) diariamente.
La leche y sus derivados debes consumirlos preferentemente en su opción desnatados o semidesnatados porque contienen la misma cantidad de aporte de calcio que los enteros y en cuanto a los cereales y vegetales clase C, que son ricos en hidratos de carbono, son fuente principal de energía, los hidratos de carbono durante su proceso químico se transforman en azúcar, fuente de energía. Es decir son importantes pero a raíz de su alto valor calórico deberían consumirse con precaución.
Los cereales son ideales para ser consumidos en el desayuno o merienda como suplementos de hierro y ácido fólico.
Debes ingerir una ración de proteínas al día que aporten hierro y otros nutrientes (especialmente vitamina B12, que no se encuentra en alimentos de origen vegetal). Dos o tres veces a la semana debes consumir pescado, y los demás días puedes alternar entre carnes rojas y blancas, además de huevos, legumbres y frutos secos, eligiendo los que tienen menor cantidad de materia grasa. Todos ellos son fuente de aporte de proteínas y calcio. El pescado azul como la sardina, atún o salmón debe ingerirse al menos una vez a la semana.
Alimentos que debes reducir
Debes reducir el consumo de hidratos de carbono refinados (azúcar, chocolates y confituras) y reemplazar por alimentos integrales o dietéticos (edulcorante, por ejemplo). También es conveniente reducir el consumo de grasas saturadas.
Desde el momento en que decides buscar un embarazo, debes abandonar algunos hábitos riesgosos para tu futuro bebé. El consumo habitual de alcohol y cafeína puede provocar malformaciones en el feto y llevar a un parto prematuro, por lo que es recomendable no consumirlas en la búsqueda ni durante el embarazo. Definitivamente, las grasas y los dulces deben reducirse al máximo posible por ser fuente de altas calorías, no tienen aporte nutritivo y solo ayuda a crear sobrepeso.
Suplementos dietarios
Debido a la gran importancia que el ácido fólico tiene en la prevención de malformaciones del tubo neural, es recomendable que tomes un suplemento de tres a seis meses antes de empezar la búsqueda y deberás continuar tomándolo hasta fines del primer trimestre de embarazo. Si tienes bajo peso o para complementar una buena nutrición, tu médico puede recomendarte suplementos prenatales.