Lactancia... pufff. Después de casi tres meses de lucha, 3 semanas con lactancia exclusiva al fin, y el niño no engorda un gramo. Los pechos permanentemente duros porque el niño no los vacía, a pesar de estar horas y ya para finalizar, grietas reabiertas y sangre.
Tras un sábado de llorera decidí que hasta aquí. Hasta noviembre no le verán lo del frenillo y no puedo seguir así, muríendome de dolor y con el niño pasando hambre. Así que decidí probar a sacarme con el sacaleches, sin agobios ya, y darle mi leche con bibe, pero no ponerle al pecho. Me da pena, claro, pero también siento un alivio infinito, que tortura ha sido esto.
He comprobado que tengo mogollón de leche, otra cosa es que el niño no pudiera sacarla. Ahora por fin tengo los pechos blanditos e indoloros y los pezones van curando. Por la noche sigo teniendo mucha cantidad pero ya no se ingurgitan, simplemente desbordan.
Es un rollo, pero esto no me asusta, es que antes parecía que fueran a estallar
De momento saco la suficiente para no darle fórmula aunque me temo que según demande más no iré produciendo más, pero me da igual. He hecho todo lo que he podido, me quedo tranquila.
Perdonad el rollo, pero a mi me ha venido fenomenal leer otras experiencias en el foro. Todas son distintas y de todas se aprende. Besos para todas