Mamás Agosto 2011 Comentarios y Dudas

Iniciado por AROITA

Hola cariñines¡¡ acabo de llegar del hospital... y ya no vengo sola, ya venimos con Gonzalo ¡¡¡
A las que estais pendientes por tener a vuestros bebes, solo os puedo decir, que disfruteis y aprovecheis el momento, aunque sea muy doloroso, porque es lo mejor que os va a pasar en vuestra vida... No sé porque pero cada vez q lo recuerdo no puedo parar de llorar, cuando recuerdo a gonzalo saliendo por el canal de la vida y cayendo sobre mi pecho, con un llanto inconsolable... solo con el corazon de su mami... Fue maravilloso de verdad. Os quiero dejar un pequeño relato que ha hecho mi marido, para que os imagineis el momento.
Como os he comentado acabamos de llegar y estamos un poco liados, sobre todo porque Gonzalo es muy lloron, y no quiere estar solo... nos tiene absorbidos, a partir de hoy en casa espero que nos adaptemos bien...

Felicidades a todas las mamis que hemos tenido a los bebes en estos dias, y muchiiiiisimo animos a las que os quedan unos diitas.

Os pego el relato de Jose, mi marido, espero que os guste chicas, yo no puedo evitar emocionarme cada vez que lo leo... (pensaba que se me quitaria lo sensible q estoy al parir a gonzalo, pero que vaa) xdd

"Todo empezó el viernes bien temprano. Aroa y yo salimos de casa sabiendo que al volver seríamos uno más. Fue un día muy intenso. Una experiencia nueva tras otra. A partir de las 12:15 de la mañana empezó, por así decirlo, oficialmente el parto, con las primeras contracciones dolorosas. Y con ella pude sufrir cada 3 minutos aproximadamente la preparación de su cuerpo para traer al mundo a nuestro bebé. Fueron 13 horas de dolor compartido, de desear poder cambiarme por ella, de pensar que lo único que podía hacer era estar a su lado cogiendo su mano y transmitirle amor, cariño, comprensión y valentía que se me escapaba por todos los poros de mi cuerpo al verla sufrir. Pero si tenía clara era una cosa: no podía permitirme el lujo de que me viera flaquear, quería que me viera seguro, firme en mi apoyo, aunque cada ausencia para beber, o ir al servicio, aprovechaba para soltar alguna lágrima de nervios, de impotencia... Pero al volver, confianza... Pasé con ella en el último intento de parirlo por ella misma. Fue imposible y me dijeron que tenía que salir. Y me quedé esperando en la silla que durante 13 horas había estado con ella, ayudándola, apoyándola... Ahora los gritos los escuchaba a lo lejos y en mi pecho había un nudo que me apretaba cada vez más fuerte. Un último grito desde la sala de quirófano atravesó el pasillo, y un llanto le continuó. Y al escucharlo le siguió el mío. Me dijeron que pasara, y allí estaba Aroa, desarmada de fuerzas y de ropa, pero con lágrimas en los ojos de felicidad. Lo primero que me dijo, fueron unas palabras a mi abuelo fallecido recientemente que me llegaron al alma. Lloramos los dos de felicidad, los tres. Pasé con Gonzalo mientras lo lavaban y lo preparaban. Me lo dieron en los brazos y se lo llevé a su mami. Cuando me vió aparecer con él en brazos volvió a llorar. Volvimos a llorar. Besos de familiares y algarabía generalizada. Pero mi mirada era para Aroa. La experiencia vivida ha sido inexplicable, por sufrida mientras la vivía, por ser única en su recuerdo.A las cinco de la mañana, ya solos los tres en la habitación, en silencio, Aroa y yo mirábamos ensimismados a Gonzalo. Hay un lazo especial con él, algo que instantáneamente te hace saber que necesita. Sabes que es tu hijo, que lo quieres con locura, pero sobretodo, sientes que todo lo demás pasa a un segundo plano"