La vitamina K

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Funciones de la vitamina k
La vitamina K es conocida como la principal vitamina de la coagulación sanguínea. Es del grupo de las vitaminas solubles en cuerpos grasos (liposolubles) y tiene gran importancia en los procesos de prevención de hemorragias y cierre de heridas. Para los recién nacidos, la vitamina K es fundamental durante sus primeros días, ya que suelen sufrir un descenso de su capacidad natural de coagulación que se corrige solo a los pocos días, pero mientras tanto es mejor prevenir cualquier problema con una dosis extra de esta vitamina.
La falta de esta vitamina puede ser causada por carencias en la mamá pero también por causas naturales, al no tener flora intestinal, no puede sintetizarla. Durante el embarazo, el bebé no necesita hacerlo, ya que la recibe directamente desde la placenta de su madre.

Prevención por carencia de vitamina k
Para prevenir deficiencias y posibles problemas, se administra una dosis inyectable a todos los bebés recién nacidos dentro de las primeras 12 hs. de vida, ya que por los bajos valores de vitamina K, el bebé puede ser propenso a sufrir hemorragias internas o externas, pero especialmente en el cordón umbilical, en el intestino o en la nariz. Existe un pequeño porcentaje de bebés que sufren la enfermedad hemorrágica del recién nacido o HDN por la falta de vitamina K. La enfermedad puede ser más o menos grave según el niño y su primer síntoma es una pequeña pérdida de sangre por nariz o boca.

Dosis sugerida de vitamina k
La dosis inyectable administrada es de 1mg y es suficiente hasta que el bebé pueda sintetizar la vitamina por sí mismo. No son necesarias nuevas dosis a menos que el pediatra lo indique especialmente. También se puede dar por vía oral, pero en este caso es necesario suministrar una nueva dosis entre los 3 y 5 días de vida y la última, al mes de nacido. Tanto la inyección como la dosis oral son completamente inocuas para el bebé y no se presentan efectos secundarios.

Alimentos ricos en vitamina K
El calostro, la primera “leche” del bebé, es muy rica en vitamina K, por lo que debes poner a tu bebé al pecho cuanto antes.

Es sugerible una alimentación balanceada rica en alimentos que por su composición aportan vitamina K como lácteos que además aportan calcio, otro elemento que suele presentar carencia durante el embarazo, verduras de hojas oscuras como espinacas, acelga, brócoli y coles, aunque estos últimos deben ser consumidos con prudencia porque son factibles de proveer flatulencias y por supuesto los suplementos vitamínicos durante el embarazo son también una buena manera de no tener carencias de ningún tipo, pero únicamente si son indicadas por el médico obstetra.

Síntomas de carencia de vitamina K
La carencia de vitamina K suele presentarse en ocasiones aisladas sobre todo en personas que reciben o han recibido una alimentación pobre en nutrientes o también en las mujeres celíacas o que son sometidas a tratamientos bajo antibiótico de forma prolongada. Pero en todos los casos los síntomas se presentas como deficiencia de coagulación con consecuentes hemorragias generales y en especial nasales y diarreas.