6 meses
Ayer hizo seis meses que vimos a Alba por primera vez. Fueron momentos duros y no voy a negar que me sentí sola, sin nadie en casa y sin poder expresar mis sentimientos por miedo a entristecer a mi familia. Cada día de estos 6 meses he recordado a Alba, con mayor o menor intensidad, no hay noche que no me haya acostado y haya pensado en ella y recordado su carita cuando nos la dieron para despedirnos.
Creo que aquel 10 de mayo en aquella sala, no la despedí como merecía. No se merecía que el día que naciera lloraramos de tristeza ni se merecía que sintieramos rabia y nos hundieramos. Por eso, siguiendo los consejos de mi psicólogo, cogí y me planté ayer en el cementerio, dejando las penas y los lloros en casa, le llevé una rosa blanca y me despedí de ella como más creía conveniente, diciéndole unas palabras. Cualquiera que me viera "desde fuera" pensaría que estoy loca
pero creo que decirle esas palabras, en voz alta, a mi niña, ha sido lo que me ha hecho avanzar, dejar de recordarla como una tragedia en mi vida y recordarla como algo bonito que pasó, tuve una hija preciosa y, pese que no esté con nosotros, es mi hija y un hijo siempre es bonito tenerlo.
A parte, ayer me recordaron una frase que dijo Maria de Villota (la piloto de coches que falleció hace poco), y creo que voy a vivir cada día con esa frase gravada en la mente.. de hecho creo que todo el mundo tiene que vivir con esa frase, así que la comparto...
«¡Sonríe, por Dios! O por quien tú quieras, pero sonríe, porque hoy estás aquí y te queda mucho por vivir en este día. Y decide. Decide si quieres solo llegar o pasear este increíble camino».