Querido
diario,
La cena en la cabaña transcurrió tranquila. Afortunadamente, dejamos la televisión puesta y no tuve que ofrecerle charla alguna a Shamu. Esta vez, si bien lo pensé, no le brindé mi tradicional discurso de
“Mientras se cena, no se ve la televisión”, no me interesaba. Creo que cenar con música o simplemente charlando fomenta las relaciones, pero por mi propio bien no creía conveniente defender mi dogma referente a la televisión.
Tras la cena, nos sentamos un rato en el sofá a la luz de una tenue lamparita. Ambos estábamos cansados de la semana, del día, del viaje y nos pareció lo más oportuno.
- Sé que no te gusta mucho la televisión y prefieres la música – dijo Shamu.
-
No. No te preocupes, así está bien. Además, no tenemos música.
- ¿Quién ha dicho que no? Traje el mp3, unos altavoces y un montón de canciones.
- Toma ya! En serio?
- Ya te digo. Pensé en Thaisita… y como te iba yo a dejar a ti sin música? – dijo cariñosamente y sonriendo –
lo que pasa es que lo tengo todo arriba, en la maleta.
Me lo como. Yo a este chico me lo como…
- Ains… muchas gracias, Shamu…Pero no te preocupes hoy. Mañana será otro día. Hoy con la tele me vale.
- Como quieras.
Ambos seguimos viendo la televisión, pero para variar….la soporífera programación, la penumbra, el cansancio… hizo que me durmiera en el sofá.
- Thais…eh…aish…ya se me ha vuelto a dormir….
Shamu me zarandeó del hombro suavemente, intentando despertarme…
- Thais… eh… pequeñaja…venga, vamos a la cama…
Me desperté entre alarmada y atontada…
- Ufff….¿otra vez me he dormido? - dije abriendo mucho los ojos.
- Jejeje, sí, para variar y roncando como un tronco. Estaba a punto de subirte en brazos a la cama.
Por un momento en mi mente se dibujó esa imagen en mi cabeza y se me escapó una leve sonrisa. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al imaginarlo.
Thais, debiste hacerte la dormida y dejar que te subiera…abrazarle…olerle de cerca…ais...
- Sí… claro… como si tuviera 3 años…
- Aish… es que con lo quietecita que estás cuando duermes… estás hasta mona y todo!
- Monísima…. - respondí aún adormilada.
Recordé la habitación y me dio otra punzada en el estómago.
Madre mía…
Shamu apagó la televisión y encendió la luz de la escalera.
- Anda, vamos, dormilona…
Evidentemente no había más remedio que subir a la habitación, y aunque fui todo lo despacio que pude subiendo las escaleras….finalmente llegué a la estancia que tanto me turbaba compartir con Shamu.
Mi maleta estaba ahí, intacta y sin deshacer. Amf…
La abrí y por un momento dudé sobre qué prenda coger para dormir. Finalmente opté por el pijama de verano que había traído y escogido pensando en que habría más gente en la casa. Desde luego, no era nada glamouroso…
Como tengas que reconquistar a Shamu con esto, lo llevas claro, nena…
- Tienes que pasar al baño? – preguntó Shamu
- Yo… bueno… sí…a lavarme los dientes - respondí.
- Pues pasa tú primero, que creo que me daré una ducha antes de acostarme.
- Ahm.
Cogí mi neceser y pasé al baño a desmaquillarme, lavarme la cara, los dientes y asearme un poco para acostarme. Realmente me ponía muy nerviosa esa situación. Me miré en el espejo…
Ánimo campeona… tú puedes! Suspiré profundamente y volví a lavarme la cara, como si eso fuera a cambiar algo.
Al girarme para salir del servicio, reparé en la bañera y sin quererlo, imaginé a Shamu ahí metido con el agua, desnudo, mojado, con su musculoso torso empapado lleno de espuma.
Que coño vas a poder hoy con esto... ni en broma...Uffffff…Thais… tienes que hacer algo… no puedes dejar perder esta oportunidad…Algo tienes que hacer, pero a Shamu tienes que recuperarle….
- Thais??? Estas viva??? – gritó Shamu desde el otro lado de la puerta despertándome de mis pensamientos.
Rápidamente abrí la puerta y salí, temerosa de que hubiera oido mis pensamientos.
-
Sí, estoy viva – respondí agitada.
-
Ya creí que te habías quedado dormida en la bañera…!
Si tú supieras lo que yo pensaba de la bañera…
-
No, pero me tenía que quitar el maquillaje.
- Claro, ahora entiendo porqué tardabas tanto – bromeó
Le dí un empujón vengativo por el comentario apartándole…
-
Tonto… - dije murmurando a la vez que le oía carcajearse a mis espaldas entrando en el baño.
Aproveché que Shamu estaba encerrado en el baño para cambiarme y ponerme el anti-lujurioso pijama.
Si no te gusta, métete desnuda, me dije Pero evidentemente, descarté ese pensamiento de mi cabeza.
Me rechaza la primera noche y aparte de morirme de la vergüenza, me tiro del balcón del disgusto.
Me metí en la cama y apagué todas las luces excepto la de su mesilla de noche. La habitación había quedado en penumbra.
No se oia nada. Unas chicharras y el silencio de la noche. A lo lejos se oía el agua de la ducha en el baño. No quería ni imaginarme a Shamu ahí! ¿Y si intentaba tener sexo con Shamu? ¿me rechazaría? ¿Cuánto hacía que no me acostaba con un tío? Ya ni recordaba cuando fue la última vez. Fué con Miko…Eso no se olvidara, no?
Se me hacía una situación muy rara. Tenía un nudo en el estómago de los mismos nervios. Me podía la curiosidad de saber lo que haría Shamu al llegar a la cama. ¿le espero despierta? Él me había dicho que no iba a hacer nada conmigo, que quería mantener una relación de amistad. Pero… y si yo me tiraba encima de él? Y si empezaba abrazándole, pegándome a él, cómo reaccionaría? Se me llenaba el estómago de mariposas sólo de pensarlo! Thais, serías capaz?
Oía el ruido del agua y a la vez que deseaba que ese sonido cesara, lo temía enormemente. Tal vez lo mejor sería hacerse la dormida, pensé. Uff….Dios mio… qué hacer… qué hacer…Mi corazón iba a dos mil por hora! Tenía miedo, nervios, deseaba que viniera, que no viniera…ains…estaba cagada! Qué hacer, qué hacer...
Sin saber como, a mi cabeza vinieron las imágenes de mis compañeras del trabajo.
Esto lo cuento y alucinan. Recordé la charla de esa mañana y los consejos que sin saberlo, me habían dado en la oficina:
- Yo intentaría reconquistarlo. Donde hubieron llamas siempre quedan rescoldos.
- Pues yo me pondría un escotazo y en plan amiga le provocaría hasta que cayera de nuevo.
La verdad es que es muy fácil opinar cuando se trata de las cosas de los demás o de una película, pero… me gustaría verlas! Sabiendo que Shamu no me quería… me aterraba intentar nada con él y que me rechazara. Pero… estaba claro que si no lo intentaba, nada sabría y estaría todo perdido. Tal vez ahora le gustara otra tía, pero hoy estaba ahí, conmigo, no con ella. Algo tenía que hacer, no podía quedarme de brazos cruzados. No sabía el qué, pero no podía dejar pasar la oportunidad que me había brindado el destino. Eso estaba claro.
Agudicé el oído.
Silencio.
Ya no se oía nada, Shamu había cerrado la ducha. Seguramente estaba a punto de salir.
"Las oportunidades no se buscan, se aprovechan."
Respuesta: Es de valientes reir cuando el corazón llora
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