Querido
Diario:
Shamu salió del baño y entró de nuevo a su habitación. Cogió su mochila y se dirigió a la puerta de entrada. Yo estaba en el salón, de pié y al pasar junto por mi lado, se detuvo y me miró. Bajé la mirada, y avergonzada tragué saliva. Shamu exaló un sonoro suspiró.
-
Me voy. Cuídate – pronunció
Tras sus palabras emprendió el rumbo hacia la puerta, sin dudar. Puso su mano en la manija e intentó abrir, pero la puerta no cedió. Se detuvo inmóvil en el portón visiblemente contrariado.
Yo tampoco me moví. Siquiera hice el ademán de abrirle.
-
No piensas abrir? – Preguntó sin girarse
Yo no respondí. Quería hablar con él, pero no sabía ni por dónde empezar. Miraba al suelo y contemplaba los cuadros del parqué. Ni me atrevía a levantar la vista.
-
Thais. – dijo secamente –
ábreme.
Seguí inmóvil en mi lugar, sin hablar y mirando el pavimento de mi piso.
Shamu se giró impacientado. Yo sentía su mirada en mi cuerpo y no me atrevía a levantar la vista.
-
Thais. Quiero irme al aeropuerto ya, no quiero perder el avión. Ábreme.
Seguí callada ¿Cómo empezar la conversación?
-
Thais…! ¿Vas a abrirme o qué piensas hacer? – alzó la voz ansioso.
Sentía que me miraba fijamente y eso me ponía nerviosa.
-
No. – contesté sin mirar
-
No… qué? – dijo alzando las cejas sorprendido con mi negativa
-
Que no abro – le aclaré.
-
Que no vas a abrir? Thais, ábreme de una vez la maldita puerta y déjate de tonterías. Perderé el avión! - dijo agitado
-
Quedan 3 horas…
Esa respuesta le pilló desprevenido.
-
No te preocupes por eso. Esperaré allí.
- No. – murmuré.
-
No? Como que no?
Tragué saliva y levanté la cabeza. Busqué su cara con mi mirada y con un hilillo de voz balbucee:
-
No quiero que te vayas así.
Shamu abrió los ojos asombrado por mis palabras y se acercó a mí.
-
Uff…Thais…No te entiendo. Ahora no quieres que me vaya?
- No. Así no. No quiero que te vayas enfadado conmigo.
- Ajam…Thais…lo que me has dicho no es fácil de digerir, sabes? No sé cómo esperas que esté.
- Lo sé. Pero no quiero verte disgustado conmigo.
- Ah, no? Entonces? Como quieres que esté, feliz? Me dices que no quieres intentar nada conmigo, y pretendes que esté alegre?
Shamu estaba enfadado. Lo entendía. Contesté su pregunta negando con la cabeza.
-
Thais – dijo él -
no sé que quieres de mi, en serio. Ábreme la puerta y deja que me vaya de una vez. Esto no nos hace bien a ninguno de los dos.
No sabía que decirle para retenerle. Me sentía desgraciada y desanimada. Le iba a perder y no era capaz de decirle que le quería. No quería llevar una relación a distancia pero lo cierto es que tampoco quería estar sin él. En mi cabeza se aglomeraban los pensamientos y no tenía nada claro cuál iba a ser mi futuro a partir de ahora, y eso me aterraba.
-
Thais… - dijo Shamu impaciente –
Piensas abrirme?
Tragué saliva. ¿Cómo decirle que le quería? ¿Por qué me resultaba tan difícil decirle lo que sentía? ¿De qué tenía miedo? ¿Quizás de que no fuera cierto? ¿pero… en serio creía que su amor no era verdadero? No entendía lo que me sucedía.
-
Thais…! Vale ya, no? – gritó Shamu
Su grito me sacudió de mis reflexiones. Dudando… me puse la mano en el bolsillo de mi pantalón…y saqué la llave.
Ambos nos quedamos inmóviles.
-
Yo… - balbucee -
…Shamu…yo…lo siento…no quería que te fueras a Barcelona tan molesto conmigo…te juro que no he querido hacerte daño…yo…te….
Callé.
-
Tú…que? – preguntó Shamu instigador.
Tragué saliva de nuevo.
-
Yo… yo…te… yo…te..q...
-
Tu …que??? Que pasa? – preguntó tenso y nervioso
No sabía cómo decirle que le quería… ¿pero por qué me cuesta tanto?
-
Nada – respondí con un nudo en la garganta. Tenía tal lio en la cabeza que no fui capaz.
-
Thais – dijo él -
no se a que juegas conmigo. Que no me enfade? Me explicas como quieres que me sienta? Estás tomando la decisión incorrecta, te estás equivocando conmigo, pero no te voy a obligar a nada. Ya te lo he dicho: yo no te voy a molestar más. Pero no me pidas que no me enfade porque me revienta que no quieras luchar por lo que sientes. Es tu vida y tu sabrás lo que haces. No sé qué te pasa. La Thais que yo conocí se armaría de valor y tiraría hacia adelante con aquello en lo que cree. ¿Me explicas porque no me voy a enfadar? Estoy viendo tu error, me apartas de tu vida y me pides que esté feliz. Lo siento, pero no.
-
Pero… tienes que entenderlo… - supliqué
-
Thais, déjalo ya, vale? Me voy al Aeropuerto.
Shamu abrió su mano y con un gestó solicitó que le diera las llaves de la puerta.
-
Yo…puedo...Shamu…- balbucee-
te importa… si te llevo…en coche?
Parecía sorprendido por mi petición.
-
Crees que es buena idea? - inquirió
Callé.
-
No. Pero…déjame llevarte…por favor…
Shamu suspiró fuertemente y contestó resignado
- Anda, vámonos ya. Thais, te juro que no sé que voy a hacer contigo.
Por el camino apenas hablábamos. Yo conducía y puse la radio para evitar el incomodo silencio entre nosotros. Cuando llegué al aeropuerto, dudé entre si entrar en el parking o si detenerme en la parada express y que bajara. Opté por dirigirme al parking del aeropuerto.
-
Dónde vas? – preguntó
-
Es que es muy pronto…
Ya había entrado al parking y no había vuelta atrás. Busqué una plaza libre y detuve el motor.
-
No tenías que haber entrado, no me voy a quedar.
No me moví del coche y Shamu tampoco hizo ademán de bajarse. Nos quedamos unos minutos callados.
-
Shamu… - dije yo -
siento mucho que este fin de semana no haya sido lo que esperabas. Mi intención no ha sido fastidiártelo.
-
Yo también lo siento. Digamos que ha sido un fin de semana… diferente. Pero no sufras, no todo ha sido malo.
-
No? - pregunté
-
No. Me has dado momentos preciosos - contestó.
Ahora fui yo la sorprendida. Tenía un nudo en la garganta y me picaban los ojos desde hacía rato, quería llorar pero retenía las lágrimas para que Shamu no me viera llorar.
- Thais, no es buena idea alargar esto. Creo que ya es bastante doloroso para los dos como para extendernos en la despedida. Voy a entrar ya a la terminal.
Oír sus palabras fue la sentencia de una muerte anunciada. No quería que llegara el momento de separarme de él, pero había llegado. Las làgrimas que retenía comenzaron a bajar por mi mejilla sin poder remediarlo.
Giré la cara y miré por la ventanilla de mi puerta para que Shamu no se diera cuenta de que lloraba.
-
Me voy ya – dijo él.
Yo no me moví para que no viera mi rostro.
-
Thais? – preguntó –
estás…llorando?
-
No… - respondí sin mirarle.
Alargó su mano y giró mi cara hacia él percibiendo mis lágrimas. Bajé la mirada, avergonzada.
-
Thais…mi niña…pero… - de repente su voz se tornó cálida.
-
Nada… no te preocupes…- hipé yo bajando el rostro –
es que me ha entrado algo en el ojo…
Shamu me cogió la cara con las dos manos y me obligó a mirarle.
Ambos nos quedamos mirándonos fijamente. Shamu alargó sus dedos pulgar y en un gesto tierno secó mis lágrimas con sus dedos suavemente mientras me miraba sin decir nada. De pronto se acercó a mi cara y se paró delante de mis labios. Yo cerré los ojos esperando recibir su caricia en los míos pero… en el último momento dudó… y me besó sobre una incipiente lágrima, en la mejilla.
-
Thais…pequeña…debo irme ya…. - dijo acariciándome la cara –
Cielo… mi vida…no te olvidaré ...hazme el favor de cuidarte… – susurró
Shamu me soltó la cara y me miró por última vez. Tragó saliva. Esto era muy dificil para él. Por su cara cara ví descender una lágrima. Abrió la puerta del coche…y se fue.
"Después de la propia sangre, lo mejor que un hombre puede dar de sí mismo es una lágrima."