Me acabáis de dejar patidifusa....
No puedo reaccionar. Estoy en estado de shock. No me circula ni la sangre y mucho menos me llega el oxigeno al cerebro. Estoy sudando de miedo, pálida, tengo la piel fría... Creo que mis pupilas están dilatadas y mi pulso es rápido y débil. Seguro que en breve dejará de percibirse. En mi cuerpo, escalofríos. La respiración la tengo irregular.
Siento miedo. Mucho miedo.
Diario, diría que he creado un monstruo, pero no... es mucho peor. Es un maquiavélico ejército perfectamente organizado de mujeres guerreras que atenta contra mi vida, contra mi ser, contra mi existencia. Algunas de ellas engendran el fruto del pecado en sus vientres, otras, son libertarias amazonas en busca del beneficio de la seducción sirviéndose de los hombres. Son poderosas. Su fuerza proviene del anhelo de la concepción y de la energía del engendramiento ubicado en sus entrañas.
Han constituido una milicia con el objetivo de someterme. Desean doblegarme a su voluntad. Están hambrientas de deseo de mis letras, de mis palabras. Famélicas de mis expresiones y mi dicción. Son insaciables soldados del amor, ávidas de romanticismo, e incluso alguna anhelante de la hoguera de la pasión.
Siento el desasosiego en mi cuerpo, la desazón de mi alma apelando a la razón. Abriré los ojos... y todo será un mal sueño. Contaré hasta tres y despertaré de mi delirio.
Uno... Dos....Tres