Querido
diario,
La lluvia caía sobre nuestras cabezas mientras nos besábamos una y otra vez. Dios…no me daba ni para pensar. Había dejado de llorar. Me sentía extasiada mientras sentía sus labios calientes en mi boca y el pálpito acelerado de mi corazón. Tenía un nudo en el estómago de pura efervescencia. Shamu me tenía la cara cogida en sus manos pero las quitó para abrazarme, cogerme y acariciarme la espalda.
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Cielo…vida mía…deberíamos entrar….- dijo Shamu entre besos.
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Mañana…– respondí yo sin querer detener ese momento. Me sentía tan dichosa…
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Tonta…- dijo él acercando de nuevo sus labios –
estás cogiendo frío...
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Aham…- objeté. No quería que ese instante terminara. Quería seguir besándole y que me besara.
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Hay que cenar… - protestó mientras mimaba mis labios –
estás chorreando…
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Aham… – lo cierto es que siquiera procesaba lo que decía.
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Cariño mio…no quiero que te me pases una semana en cama…
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Aham… - quería congelar en mi mente ese momento, que perdurara para siempre.
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Tesoro… - murmuró entre besos –
sabes que sigue lloviendo?
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Sí? – respondí sin separar nuestros labios
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Sí…llueve mucho…y tú estás calada… vamos dentro…
Shamu tampoco parecía muy dispuesto a dar por concluido ese beso y seguimos durante unos segundos más bajo la lluvia, deleitándonos y disfrutando de nuestras bocas.
Un relámpago quebrantó el cielo y seguidamente un largo trueno retumbó con estruendo sobresaltándome. Dí un respingo y sujeté su camisa fuertemente con mis manos, buscando su amparo.
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Boba… no pasa nada, corre, anda, vamos dentro.
Shamu me tomó la mano y entramos en la casa, al refugio de la lluvia.
- Madre mía, estamos empapados, Thais…!
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Menudo chaparrón…- exclamé yo encogida y sacudiendo mi cuerpo –
me ha pillado de pleno!
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Subamos a cambiarnos ya o cogeremos una pulmonía. Mírate, estás temblando!
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Bueno, no es significativo. Cuando tengo frio enseguida me da el tembleque. Y como soy poco friolera…
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Thais, quiero que te des una ducha bien caliente ahora mismo. Has estado mucho rato fuera y tienes que entrar pronto en calor. Yo mientras prepararé algo de cenar.
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Más agua? Me voy a encoger! – dije bromeando. Me sentía nerviosa por lo sucedido y creo que aún no lo había procesado, pero feliz al fin y al cabo.
Subimos las escaleras dirigiéndonos a la habitación y por un instante dudé sobre qué hacer. ¿quitarme la ropa delante de él? No sería por ganas… ¿no era muy pronto? ¿o no? Pensé en la última vez en que me había acostado con alguien y Miko vino a mi cabeza. Se me pasaron las ganas y la líbido se me fue a los pies. El sexo con Miko no había sido precisamente como para echar cohetes, y mucho menos, en los últimos años de matrimonio. Más bien todo lo contrario: escaso y no muy placentero. Mi concepto sobre el mismo no era demasiado gratificante. Pensé que el sexo, en el fondo, estaba mitificado. Las mujeres no sentíamos ese fulgor que sentían los hombres, al menos, no me parecía que yo hubiera sentido ningún subidón de deseo ambicionando el cuerpo de ninguno. Al menos no recordaba una sensación así desde hacía muchísimo tiempo.
Thais, serás rara…
Decidí coger mi "sugerente" pijama de raso y mi ropa interior para dirigirme a la ducha.
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Ostras… - exclamé contrariada.
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Qué pasa? – dijo Shamu interrogante.
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Mi pijama….uhms…
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Que le pasa?
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Lo dejé tendido en el balcón…mierda…
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Estará empapado. Coge otra vez el mío, no me importa. De hecho, a mi me molesta para dormir la parte de arriba de los pijamas. Bueno, y la de abajo… - dijo riendo
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Eh, eh, eh…!! Detalles, los justos…!! - contesté alarmada.
Recordé la noche anterior y no sabía si era muy buena idea coger su camisola: se me transparentaba casi todo! Pero tampoco tenía muchas más opciones…La ropa que había traído eran vaqueros o mallas. Dormir con eso se me hacía imposible. Dado que inicialmente quería insinuarme a Shamu mis camisetas no eran nada anchas, sino de lycra y ceñidas en su mayoría. Encima, no me había traído ni una sola braguita, todo tangas!!
Pensé en si Shamu intentaría ir más allá de los besos conmigo y me puse nerviosa de pensarlo.
Era un hombre, los hombres tienen necesidades… Me vinieron a la mente imágenes con Miko durante mi matrimonio y sentí aprensión y temor. Los últimos años habían sido un suplicio con él en este sentido. No le quería, eso lo sabía pues mi corazón pertenecía a otro. No habíamos tenido mucha actividad sexual, pero algo había habido. Una de las peores sensaciones que puede tener una mujer es la de hacer el amor con alguien del que no está enamorada…por obligación. Temía herirle si no lo hacía, pero no disfrutaba, me siente culpable, sucia, débil por no saber decirle no. Me sentía un objeto, de usar y tirar, no quería hacer el amor con él, pero a la vez, me reprochaba a mí misma cuando le rechazaba. Era un tormento. Nadie debería entregarse de esa manera a un hombre, simplemente por “deber” o por pensar que tenía la necesidad. Te hunde psicológicamente y terminas sin darte ningún valor. Pero lo hice, por miedo, por culpa y porque pensaba que debía ser consecuente con la decisión de casarme con él, le amara o no.
Decidí preparar las mallas y una camiseta para ponerme tras la ducha. Lo que tuviera que pasar, pasaría y ya vería, pero no me encontraba lista para buscarlo yo de forma directa.
Me giré para dirigirme a la ducha y me quedé estupefacta con la visión que me ofrecían mis ojos. Shamu se había quitado la camiseta y se estaba secando con una toalla.
Dios…!!!! ¿¿¿¿Este hombre es de verdad???? ¿Dónde está la chicha y los michelines? Joder que tío más bueno…Uffffff….Madre mía…Pero si está cuadrao..!! Que brazos, no?
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Mirona…! deja de observar mis músculos. - dijo Shamu haciendo que enrojeciera -
Anda a la ducha!
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Erm… voy…no miraba nada…so creído! - me había pillado!!
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Thais, venga, que no quiero que cojas frio. Date un baño caliente.
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Pesaaaaaaaaooooo - dije marchandome de la habitación, enrojecida y disimulando mi corte.
Me metí en la ducha pensando en sí era mejor dejar correr el agua fría, pero lo cierto es que agradecí el calor del agua en el cuerpo. Tapé la bañera para que se fuera llenando mientras me duchaba y entraba en calor. En pocos minutos estuvo llena y me tumbé.
Tenía un nudo en el estómago y realmente necesitaba relajarme. Deseaba más que nada ese momento con Shamu, ese beso, sus palabras, pero desde luego, jamás hubiera imaginado una declaración así. Sonreí.
Que mono…ains…. Intentaba procesar las palabras de Shamu pero me costaba creérmelo. Estaba feliz.
Pensé que ese beso sería otro de los puntos de inflexión de mi vida, un punto en el que desde ese momento las cosas nunca podrían ser igual entre los dos. Sabía que nuestra relación iba a cambiar y me sentía intrigada por saber el rumbo que tomaría mi vida, la suya, la nuestra.
¿Cómo comportarse ahora?¿cómo novia?¿como amiga? Que raro se me iba a hacer…Cuando baje ¿qué hago? ¿le beso? ¿no le beso?
Ha dicho que estaba perdidamente enamorado de mí…aissssssssssssssssssssss…. Sonreía como una boba, extasiada de felicidad.
Madre mía…¿no habrá sido un sueño? Ha sido tan bonito que no puede ser ni real…
En mi mente trataba de reproducir cada instante bajo la lluvia.
Shamu me había venido a buscar!! No lo hubiera imaginado nunca…Y se le veía preocupado por mí.Recordé cuando me cogió en brazos y se me aceleró el corazón.
Ni en las películas! A cabezón, creo que me gana. Cuando algo se le mete entre ceja y ceja…
-
Estas viva?? – dijo una voz al otro lado de la puerta.
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Siiiiiiiiiiii….!! Ya salgooooo!! - grité.
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Te vas a encoger de verdad y la cena está casi lista.
-
Valeeeeee!!! Ya bajooooooo!!
¿Cuánto tiempo llevaba en el baño? Me encontraba tan a gusto que había perdido la noción del tiempo! Salí de la bañera, me sequé y salí envuelta en una toalla hacia la habitación. Shamu no estaba allí y en cierto modo lo agradecí. Me ponía nerviosa “
el momento”. Quería y lo temía.
Cuanto menos tientes al diablo…
Me vestí rápidamente y me sequé el pelo con el secador. Dudé sobre si pintarme o no y opté por algo discreto, un poco de rimmel y gloss. Sonreí al espejo y le lancé un beso. Me sentía guapa!
Bajé las escaleras y me dirigí a la planta baja. ….Sorpresa!
Shamu había prendido la chimenea y ardía un generoso fuego. Olía muy bien, aún no sabía que habría preparado de cena, pero el olor alimentaba! La mesa estaba perfectamente preparada, con sus platos, cubiertos, servilletas, copas, botella de vino…un par de velas encendidas. Había apagado las luces excepto la de una lamparita del saloncito y esos cirios. Desde luego, me resultó de lo más acogedor y romántico
Me miraba sonriendo, observando mi cara. Le devolví la sonrisa emocionada y con timidez. Tenía el corazón acelerado y ganas de llorar por la emoción. Nadie había hecho nada así por mí…
-
Qué bonito… - no se me ocurrió decirle nada más.