(CONTINUACIÓN)
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Pero … Thais!! Como sales así, corriendo y sin esperarme!! ¿Pero qué te pasa? – preguntó sorprendido por mi marcha sin esperarle.
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Nada. Tenía ganas de salir - repuse con toda mi calma.
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Ya.. bueno… pero… sin esperarme siquiera???? Es que te ocurre algo?
Sí. Ocurre que no quiero volver a verte en mi vida. Ocurre que eres un ser repugnante. Ocurre que no mereces que te dirija la palabra o te mire a la cara. Ocurre que te odio. Ocurre que no me amas y que amas a otra. Ocurre que eres asqueroso, te quiero y no puedo soportarlo!!!
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No. Debería ocurrir algo? - contesté simulando tranquilidad.
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Ufff… Thais… en serio, que mal despertar tienes…
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Será eso. – repuse mientras seguía caminando.
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Uhm…Thais…de verdad, te pasa algo?? Estás muy rara…
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Absolutamente nada. Y lo que me pase o no, desde luego es cosa mía. No tengo porqué compartirlo contigo.
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Pero… - Shamu se había quedado cortado con mi contestación.
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Pero que? – inquirí ofensiva. Me sentía muy molesta con él.
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Es que he hecho algo que te ha contrariado? - preguntó interesándose y en tono de preocupación.
Sí, todo tú me molestas, es tu presencia, tu voz, tus palabras, tu vida. Deberías morirte ahora mismo y dejar de existir para que se me pasara.
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No sé. Tu sabrás si has hecho algo que me pueda haber molestado, no? Has hecho algo como para que debas sentirte culpable? – no quería darle explicación alguna, pero tampoco quería que pensara que él era un inocente corderito que nada tenía que ver con mi estado de ánimo. Al fin y al cabo, aunque sea a mis espaldas, había estado hablando de mí como si fuera un filete de ternera.
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Thais…! Pero… qué he hecho? No entiendo nada… qué pasa?? – preguntó Shamu claramente nervioso.
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No pasa nada y no hay nada que entender – volví a contestar con brusquedad.
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Thais, cuéntame qué pasa y porque estás así – imploró Shamu.
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No pasa nada y no estoy de ninguna manera! – exclamé enfadada -
Te tengo que dar explicaciones de todo lo que pienso o siento??? Mi vida es mía y comparto lo que me apetece…! Que estemos encerrados en una casa rural en Santander no te hace ser nada en mi vida al que deba darle explicaciones, no crees????
Se que dejé a Shamu un poco parado y confuso por mis contestaciones, probablemente no sabía por dónde iban los tiros y creo que sentía que dijera lo que dijera, le iba a contestar mal. No me importó en absoluto como estuviera o lo que pensara. A esas alturas ya importaba poco y no había ya nada en juego.
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Uhm…haz como gustes. No volveré a preguntarte, si tanto te ofende. - respondió Shamu con resignación y sin comprender muy bien mi actitud.
Yo seguía andando decidida por los caminos y sin ofrecerle ningún tipo de conversación. La tarde se estaba poniendo cada vez más fea, bajaban las temperaturas por momentos y el viento azotaba mis cabellos en la cara. Shamu me seguía en silencio sin formular palabra alguna. No tengo ni idea de lo que se le pasaría por la cabeza en esos momentos. Era una escena si más no, insólita. Si yo aceleraba, él aceleraba también. Si me detenía, él hacía lo propio. Me estaba poniendo aún más nerviosa!
A mí sólo me apetecía andar y hacer trabajar a mi corazón en otra cosa que no fuera latir por Shamu. Aunque lo que quería de verdad era echar a correr y dejarle atrás, pero no se me ocurría ninguna excusa coherente sin tener que dar demasiadas explicaciones sobre mi actitud. Aún nos quedaban un par de días en esa casa rural y no creía oportuno pasármelos discutiendo.
Llegamos a un riachuelo con bastante agua y me detuve en la orilla. Contemplé la zona en busca de alguna zona para atravesarlo y finalmente, dí con un posible sitio para cruzarlo. La corriente era considerable y las rocas no parecían demasiado estables. Estuve dudando en si atravesarlo a través de esas inseguras piedras o bien retroceder y volver a la casa rural. Pensé en quedarme encerrada con ese engendro durante lo que quedaba de tarde y opté por cruzar el río y proseguir con mi airado paseo.
En cuanto hice el primer movimiento para avanzar sobre las piedras del río Shamu me cogió del brazo, deteniéndome y obligándome a retroceder.
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Ni se te ocurra cruzar el río, Thais – me ordenó.
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Suéltame – dije yo soliviantada por su contacto en mi brazo.
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No. No pienso dejar que te metas por ahí. ¿estás loca? ¿quieres matarte con esas rocas resbaladizas o qué? – respondió contrariado sin soltarme el brazo mientras yo intentaba zafarme de él.
Al ver que Shamu sí o sí contenía mis intenciones me sobrevino un calor desde el estómago y no pude reprimir la cólera y frustración almacenadas durante la tarde. La irritación que sentía me hizo arremeter irremediablemente contra Shamu.
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He dicho que me sueltes, imbécil!! Haré lo que quiera!! – le grité en un arrebato de rabia estirando mi brazo y casi dándole un manotazo.
Shamu se quedó bastante sorprendido por mi reacción y me soltó de pura sorpresa.
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No sé quién te piensas que eres para darme órdenes. Mi padre?? No vuelvas a tocarme en tu vida!! – seguí gritándole –
acaso te crees que eres alguien como para decirme lo que tengo que hacer??
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Thais… pero se puede saber qué te pasa y porqué te tienes que poner así?? No has visto como están esas rocas? Todas sueltas? Y no sabes que en cualquier momento puede ponerse a llover y quedarnos aislados en el otro lado del río? Sabes cómo puede crecer esto en cuestión de minutos?? – contestó él intentando justificase.
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Me importa una mierda! No vuelvas a tocarme en tu vida ni vuelvas a acercarte a mí en lo que queda de estancia en la casa rural, entendido?????
No me quedé siquiera a esperar su respuesta. Tras mi arranque de ira salí corriendo campo a través en dirección a la casa rural mientras se me saltaban las lágrimas por el camino.
Shamu conocía perfectamente mi genio y probablemente se habría quedado petrificado por mis gritos.
Que le dén!! Corría y corría y no quería parar de correr. Necesitaba que mi cuerpo quemara ese exceso de energía acumulada por tanta emociones reprimidas. Le odiaba!! Le odiaba con todas mis fuerzas y ojala se muriera allí mismo!! Ni siquiera me giré a ver si me seguía, me daba exactamente igual lo que estuviera haciendo o las preguntas que tuviera por mis malos modales.
No pienso darle ninguna explicación!
Al ritmo de mi carrera pronto me quedé sin aire y tuve que menguar el ritmo hasta llegar a la casa rural. Mientras jadeaba sin aire por el esfuerzo intenté abrir la puerta, pero Shamu se habría llevado la llave y estaba cerrada.
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Mierda… - dije mientras me derrumbaba llorando en el suelo -
es que todo me tiene que salir mal????
Mientras lloraba a los pies de la puerta de la casa rural sentía que mi cabeza se colapsaba por los pensamientos. Estaba comenzando a tronar y el cielo cada vez estaba más oscuro. En breve comenzaría a llover y sentía que mi alma estaba tan gris y oscura como esa maldita tarde.
Thais… que has hecho…como vas a explicarle tu actitud…sólo te ha cogido del brazo y no era para reaccionar así… ¿¿¿Cómo que no???? ¿¿¿¿y lo que había dicho sobre mi???? Maldito, Shamu!!! ¿¿¿por qué has tenido que decir eso de mi??? ¿¿¿por qué???
Quería largarme de esa abominable casa inmediatamente. Me fui calmando un poco con el pensamiento de que en cuanto viniera Shamu haría mi maleta y me largaría de ahí esa misma noche. Por la mañana había visto en la parada que había un autobús que me llevaría a Santa María de Cayón y desde allí podría coger otro autobús hasta Santander. Viajaría de noche hasta Madrid y mañana por la mañana ya estaría en mi casa, tranquila.
Sí. Pondría fin a esa pesadilla en cuanto Shamu apareciera con la llave de la casa rural.
"Terminó la confianza, hay una gran decepción y pronto morirá el amor…"