Síntomas del comienzo del parto
La gran mayoría de los partos se desencadenan naturalmente entre las 37 y 40 semanas de embarazo. A medida que se acerca la fecha probable de parto (FPP), es normal sentir miedo y ansiedad. Algunas mujeres ya comienzan a experimentar, incluso varias semanas antes, algunos síntomas de que el parto se acerca mientras que otras pasan su fecha y no hay ni la más mínima señal de que vaya a ocurrir pronto.
Parto por inducción
Si ya has pasado las 40 semanas de embarazo y no ha ocurrido nada, es posible que tu médico te haya hablado de inducción, es decir, desencadenar el trabajo de parto artificialmente. En este caso, te colocarán un suero con medicamentos que provocan contracciones fuertes con el fin de acelerar el proceso. Si el bebé se encaja y comienza la dilatación, ya estarás camino al final. Pero si aún así no presentas dilatación, se te practicará una cesárea en un tiempo definido por el médico que te controla. Si el bebé o la mamá corren peligro, la inducción será inminente, mientras que si la salud del niño es buena, pueden intentarse algunas maniobras para desatar el trabajo de parto sin medicamentos ni otros mecanismos médicos.
El nerviosismo hace que aumente la adrenalina, inhibidor de la oxitocina, desencadenante del parto. Si bien es normal sentir miedo y ansiedad, estas pueden ser las causas que están deteniendo el proceso.
Consejos para acelerar el parto
Las caminatas regulares son una manera de acelerar el proceso, más aún si son a velocidad y en terrenos con dificultad. Bajar escaleras de lado o bailar rotando las caderas también pueden ayudar a que el niño se encaje. La risa puede generar contracciones y producir lo tan deseado. Por lo que ríete mucho y olvídate de las fechas.
El sexo, salvo contraindicación médica, es una excelente forma de comenzar el trabajo de parto y acelerarlo si ya ha comenzado (a menos que haya fisura o rotura de bolsa, ya que en esos casos hay riesgo de infección). Las contracciones uterinas producidas por los orgasmos y las prostaglandinas del esperma masculino actúan como inductores naturales. Asimismo, la estimulación de los pezones (manual o por succión) aumenta la segregación de oxitocina.
Los baños prolongados con agua caliente son buenos, especialmente, con algunas hierbas como la Hierba Luisa.
Las infusiones de frambuesa funcionan como tónico uterino y el chocolate caliente es excitante, por lo que al tomarlo el bebé comenzará a moverse y puede que empiece a hacer el trabajo necesario para salir.
El aceite de ricino, tomado junto con un jugo natural (para disimular su sabor desagradable), funciona como purgante y genera espasmos abdominales que pueden derivar en contracciones uterinas.