Blossom, reloaded.
Hola chicas, soy Blossom.
¿Por qué reloaded?
Bueno, porque después de dos años, aquí estoy de nuevo.
Os pongo en antecedentes: En el 2010 decidí, junto con mi marido claro, que había llegado nuestro momento de ser padres, así que nos pusimos manos a la obra; me compré unos Test de Ovulación, tuve relaciones el día que las dos rayitas se oscurecieron y ese mes ya no me vino la regla.- Qué fácil es esto de embarazarse, me dije a mi misma, Dios, que ilusa era.
Lo dicho, me quedé embarazada y cuando me dieron hora en el ginecólogo, para allá que me fui más contenta que unas pascuas.
Aquella visita me dejó preocupadísima: el ginecólogo me decía que estaba de 6 semanas pese a que yo le insistía que estaba de 8 (si mal no recuerdo, ya que ha llovido mucho desde entonces).
De paso y por si no tenía bastante con mi error de cálculo, me descubrió algunos miomas en el útero, uno de ellos era bastante grande –del tamaño de una naranja- y que oportuno, compartía sitio con mi bebé. Me programó una cesárea para nueve meses después, ya que aquel mioma imposibilitaría el parto vaginal y me citó para dentro de diez días.
Diez días de angustia después, en la consulta me planté.
Mis peores pronósticos se hicieron realidad y ciertamente el bebé se había quedado parado en la semana 6 y claro, no había latido. Me diagnosticaron un aborto diferido con huevo retenido, o algo así de desagradable, la causa quizás fue el gran mioma que ocupaba el sitio del bebé.
El médico decidió no hacerme legrado y esperar que lo expulsara por mí misma, siempre que psicológicamente lo aguantara, ya que no sabíamos cuanto tiempo podría demorarse el aborto.
Cada semana peregrinaba a la consulta del ginecólogo a ver cómo evolucionaba mi estado, pero el bebe y yo nos habíamos cogido tanto cariño que no quería salir de mi, yo la verdad que tampoco tenía prisa, así que esperé pacientemente a que los dos estuviéramos preparados.
Un mes después, la noche antes de Nochebuena, empecé a sangrar, llamé al ginecólogo y me dijo: -Esta noche lo resolverás, ten a mano antiinflamatorios y calmantes, mañana por la mañana te llamo.
Me acosté y empezaron las contracciones, que dolor de todo, Dios mío, aquello estaba siendo un mini parto, y por fin, horas después, expulsé embrión, placenta e ilusiones.
Tocaba recuperarse, reponerse y mirar hacia delante.
Eso hice.
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