Conceptos generales
Además de los síntomas “tradicionales” existen muchos otros signos que generalmente pasan inadvertidos durante las primeras semanas de embarazo. Una vez que la futura mamá se entera de su estado, pueden ser motivo de preocupación pero todos ellos son signos normales de crecimiento del embrión. No todas las mujeres los padecen con la misma intensidad y hay unas pocas afortunadas que no han notado ninguno. De todas maneras, el control mensual es la única manera de determinar el estado de salud del embrión. Todos los síntomas son importantes en el sentido que merecen la consulta al médico, aunque no sean de índole de alarma debes quitarte todas las dudas con tu médico obstetra quien es el que puede orientarte y tranquilizarte según la intensidad de estos síntomas, pero en líneas generales debes saber que algunos de ellos son habituales durante el primer trimestre de gestación
La temperatura corporal
La temperatura corporal difiere ligeramente a lo largo del ciclo menstrual. Durante día de la ovulación la temperatura aumenta un grado aproximadamente y luego baja al finalizar la misma, pero en caso de embarazo, se mantendrá un grado por encima de lo habitual. Este signo es imperceptible para las mujeres que no llevan un registro de su temperatura basal. Ten cuenta que la temperatura basal debe tomarse todas las mañanas al despertarse sin bajar de la cama, antes de hablar y de desayunar. Debes tener cerca tuyo un papel con un lápiz para llevar el registro de tu temperatura, puedes tomar la temperatura oral o axilar y de este modo verás como va aumentando según se acerca la fecha de ovulación.
Dolor abdominal
Durante las primeras semanas de embarazo y en el último trimestre es normal que se presenten unas molestias similares a los síntomas premenstruales o incluso a los que se observan durante la menstruación. Estos dolores se producen por el estiramiento de los tejidos del útero, que va creciendo para dar espacio al embrión y no representan peligro alguno a menos que sean acompañados de sangre color rojo vivo o sean muy dolorosos e inmovilizantes. Ante cualquier pérdida de sangre ya sea de este color o de rojo amarronado debes concurrir al médico para que diagnostique si se trata de una pérdida inofensiva o de algo más grave. En el caso de que padezcas de muchas flatulencias el médico te indicará un antiflatulento pero solo él puede indicarte el medicamento correcto según tu organismo y el estado de tu embarazo. Nunca debes automedicarte ni tomar consejos de otras embarazadas.
Mayor lentitud del tránsito intestinal
También comienza a presentarse durante las primeras semanas y generalmente se mantiene a lo largo de todo el embarazo una mayor lentitud del tránsito intestinal que genera flatulencia debido a la acción de las hormonas propias del embarazo sobre el aparato gastrointestinal.
El aumento de la progesterona, segregada en grandes cantidades por el cuerpo lúteo del ovario, produce este efecto. Además, por la distensión intestinal que los gases retenidos generan, puede producirse un aumento del tamaño del abdomen. Esta primera “pancita” no tiene relación alguna con el tamaño del embrión.
Cambios bruscos de estado de ánimo
Los cambios bruscos de estado de ánimo son también un signo que muchas veces pasa desapercibido. Muchas mujeres atraviesan estos mismos cambios durante su ciclo menstrual y es común escuchar la frase “está de mal humor porque tiene la regla”. Las hormonas son las responsables de estos cambios y, durante el embarazo, la mujer lo siente con más intensidad. Es normal sentirse angustiada y triste sin causa aparente o completamente irritables. No hay remedio que alivie estas emociones descontroladas que suelen perdurar hasta tiempo después del nacimiento del bebé. Lo importante en estos casos es que te sientas contenida ya sea por tu pareja, tus familiares y tu médico personal. Ten en cuenta que la relación con tu médico debe ser muy íntima, es en él donde te apoyarás para confiarle todo cuanto te aqueje o te inquiete, debe ser la persona de mayor confianza, luego tu pareja debe estar enterada de que presentarás cambios psicológicos a causa de la revolución hormonal pero que tú sigues siendo la misma y continúas sintiendo lo mismo por él como antes del embarazo.