A ver, en un principio, mi intención es dar pecho, pero os cuento mi experiencia de hace 11 años y pico. Con Daniel estaba decidida a hacer la lactancia de la mejor forma posible, leí un montón de material sobre el tema, hablé con las asesoras de lactancia... que también os tengo que decir que algunas de estas asesoras (no voy a generalizar, digo "algunas") parecen ser de una especie de secta... que si no consigues dar pecho, te meten un sentimiento de culpa de tres pares de narices y te bajan la moral y practicamente te criminalizan por negar a tu hijo la lactancia materna. En fin.
Total, que cuando nació empecé con buen pie, tenía mucha leche y todo iba bien. Después de un par de semanas empezaron las mastitis, tuve varias una tras otra, alguna con fiebre de casi 40º, una obstrucción y casi un absceso. Lo superé pero ya no volví a dar el pecho sino empecé a sacármela y a dársela en biberón. Así aguanté unas semanas más pero al final me rendí porque lo estaba pasando tan mal que pensé que para mi hijo es más importante que su madre esté feliz y cuerda

Nada de remordimientos de conciencia (por mucho que se empeñaran algunas asesoras en metérmelos). Y así cuando Daniel tenía poco menos de dos meses empecé a darle Blemil que en mi opinión es la mejor leche artificial que hay, la más completa (también la más cara pero me daba igual el precio). Y estupendamente, el niño comía de maravilla, dormia de maravilla, nunca estuvo estreñido, siempre en el percentil más alto y ni un triste resfriado. Para esta vez ya lo tengo claro, voy a intentar dar el pecho con la esperanza de que esta vez vaya mejor que la vez anterior, pero si no va bien pues Blemil y listo, sin comeduras de coco.