Guapas ya estoy en casa.
Bueno ayer me fui a urgencias al final porqué me espante y dije... para estar en un sin vivir me voy y que me digan lo que Dios quiera. Llegué allí a las 7 y media de la tarde y enseguida me metieron en una habitación, pero hasta las 8 y media no apareció nadie por allí. Sobre las 10 me pusieron los monitores y me dijeron que lo que tenía eran contracciones y que iban a intentar frenarlas, aunque si no se frenaban con el pre-par me tendrían que poner celestone para madurar los pulmoncitos de Mia.
Total que a las 3 de la mañana se me empezaron a frenar y me quedé sopa... A las 9 hemos avisado a la infermera porqué yo no notaba contracciones ya ni nada y me ha dicho que eso era bueno, que aunque no lo supiera me habían ido controlando durante toda la noche (claro yo estaba sopa sopa, pues no me enteré) y que como aguantaba los ronquidos de mi novio por las noches (jijijij muy salada la mujer).
Total, que a las 11 y media ha venido el médico y me ha mirado como estaba y me ha dicho que si quería quedarme en el hospital podía, pero si quería irme también podía, que igualmente iban a estar pendientes de mi. Total que he dicho que para que me quedara el culo cuadrado allí mejor que se me quede cuadrado en mi casa, que como mínimo la tele va sin monedas (ofu, ayer hasta las 3 de la mañana viendo la tele, se nos fue una buena pasta eh!!) Y nada, aquí estoy.
De momento tengo que estar en reposo absoluto, que me puedo levantar para ir al baño pero que para nada más. Estoy en mi piso y mi madre y mi suegra se irán turnando para pasar los días conmigo, así que mejor que mejor, sé que me cuidarán como una reina.
El viernes tengo que ir a monitores y el viernes también, y depende lo que vean seguiré con el pre-par y el reposo o sólo con el reposo, así que cruzo los dedos y espero que no me de más sustos esta niña! Que con el último susto que me dio, su padre me propuso matrimonio, ahora ya se le agotan las ideas
Como veis estoy bastante animada, o intento, pero es que es lo que me ha dicho la enfermera (la de los ronquidos de mi churri), que si no me lo tomo con humor me puedo arrancar los pelos.