Lo prometido es deuda, os copio lo del entrenamiento para que os riáis un rato:
1- Para la mujer propone entrenarse de cara al embarazo
atándose un saco de garbanzos a la tripa, dejarlo ahí durante 9 meses y después abrir el saco y quitar el 10% de los garbanzos. El resto distribuirlo por todo el cuerpo.
2- Para el hombre y/o mujer:
la preparación para el impacto psico-económico consiste en bajar a la farmacia, vacíar el contenido de la cartera en el mostrador y decir al farmacéutico que se sirva él mismo. Luego ir al supermercado y domiciliar allí la nómina. Volver a casa y leer el periódico por última vez.
3-
Vistiendo al niño: para practicar, compra un pulpo y una bolsa de redecilla. Intenta colocar el pulpo dentro de la bolsa de manera que no salga ninguno de los tentáculos por los agujeros de la red. Tiempo permitido para la prueba… toda la mañana.
4-
Antes de tener hijos: busca una pareja que ya los tiene y critícales por sus métodos de imponer disciplina, su falta de paciencia, sus pésimos niveles de tolerancia y por haber permitido que sus hijos se porten como salvajes. Sugiéreles maneras de mejorar el comportamiento de sus hijos a la hora de acostarse, pedir pis o comer. Y aprovecha por que será la última vez que tendrás todas las respuestas.
5-
Simulando el impacto de tus futuros hijos en casa: unta crema de cacao en el sofá y mermelada en las cortinas. Esconde un trozo de pescado rebozado detrás del equipo de música y déjalo ahí durante todo el verano. Mete los dedos en las macetas y luego arrástralos por las paredes más limpias. Dibuja encima de las manchas con lápices de color. ¿Te gusta el resultado?
6-
Entrenamiento nocturno. Éste es largo… Coge una gata gorda (entre 4 y 6 kilos), preferible que esté en celo. Recorre tu salón de un lado para otro con el animal en brazos, sin sentarte desde las 5 de la tarde hasta las 10 de la noche. A las 10 suelta a la gata, pon el despertador para medianoche y duérmete. Levántate a las 12 y da más vueltas por el salón con el bicho en brazos hasta la 1:00 de la madrugada. Pon el despertador para las 3:00. Como no podrás dormirte, levántate a las 2:00 y prepárate algo de comer (o una copa). Acuéstate a las 2:45. Levántate cuando suene el despertador, es decir, a las 3:00. Canta nanas en la oscuridad hasta las 4:00 y cambia la alarma del despertador para que toque a las 5. Levántate. Haz el desayuno. Sigue esta rutina durante 5 años. Pon siempre buena cara. Se supone que es tu hijo.
7-
Preparando el coche. Compra un helado de chocolate y mételo en la guantera de tu nuevo monovolumen. Déjalo ahí. Abre el maletero y sácale una foto. Servirá para que te orientes en el futuro para llegar a la rueda de repuesto a través de juguetes, ropa, silla de paseo… Por fin, coge un paquete de galletas de tamaño familiar y machácalas contra los asientos traseros. ¡Perfecto, ya has dejado el coche preparado!
8-
De compras en el supermercado. Lleva contigo lo más parecido a un niño de menos de cuatro años que puedas encontrar (una cabra adulta es ideal). Si piensas tener más de un niño, llévate dos cabras. Haz la compra para una semana sin perder de vista las cabras. Paga todo lo que las cabras hayan comido o destrozado. Repítelo varias veces hasta que puedas hacerlo con facilidad.
9-
La hora de la comida. Ahueca un melón. Haz un pequeño agujero en un lado. Cuélgalo del techo y balancéalo de un lado a otro. Ahora coge un bol de papilla. Intenta meter cucharadas de papilla dentro del melón fingiendo que eres un avión. Sigue intentándolo hasta acabar la mitad de la papilla, vierte la otra mitad sobre tu regazo asegurándote que caiga mucha sobre el suelo. Ahora estás preparado para dar de comer a un niño de 12 meses.
10.-
Entrenando las salidas de casa. Espera en la puerta del baño durante media hora. Sal por la puerta de la calle. Vuelve a entrar. Vuelve a salir. Vuelve a entrar. Vuelve a salir. Baja por el camino otra vez. Anda por la calle muy despacio durante 5 minutos. Párate a inspeccionar con detalle cada pitillo apagado, chicle tirado, kleenex usado o insecto muerto que encuentres en la acera. Vuelve hacia atrás. Grita que estas harto hasta que los vecinos se asomen a mirarte. Repítelo cinco veces. Date por vencido y vuelve a casa. Ahora estás más o menos preparado para llevar a un niño pequeño de paseo.