Mi última lágrima
Mi pequeña, estos días no han sido fáciles sin ti. Realmente no ha sido nada facil durante los 366 días que ya han pasado desde que te fuiste, pero estos días han sido especialmente duros. Ha sido como volver a revivir todo lo que pasamos a raíz de tu partida hacía el mundo de los ángeles.
Durante estos últimos 366 días que ya han pasado he llorado mucho, me he sumido en la más profunda tristeza, se han dibujado lágrimas en mis ojos por el solo hecho de mencionarte o de pronunciar tu nombre... he llorado un mar de lágrimas y ya no me quedan más por llorarte.
Decidimos pasar tu duelo lejos de la civilización, solos tu papá, Lucca, Ozzy y tu en nuestros corazones. Te lo debíamos. Hemos reflexionado, hemos reído, hemos llorado... estos dos días han sido una especie caos sin sentido aparente pero, en nuestra mente, todo lo tenía.
Mamá ha resucitado. He comprendido que la vida te quita cosas y, cuando lo hace, es para no devolverlas. La vida es injusta pero si nos anclamos en reivindicar las injusticias de esta... Cuándo nos toca vivir?
Hoy he derramado mi última lagrima por ti y, aunque no lo parezca, estoy escribiendo estas palabras con una sonrisa en la boca. Te hemos llevado rosas blancas, te hemos atado un globito y hemos llorado por última vez por ti.
Las niñas bonitas no se merecen cosas tristes y tu eras la más bella de entre las bellas, por eso no te mereces más que alegría, por eso mamá ha resurgido de sus cenizas y va a empezar a recordarte con amor, con cariño, con sonrisas... y sin lágrimas. Porque hoy ha sido nuestra despedida. Porque debí dejarte marchar el día en que te enterramos pero mi cabeza se negaba quizás guiada por el corazón. Ahora mi cabeza sabe que ha llegado el momento, por eso nos hemos despedido terrenalmente de ti aunque siempre estarás latente en mi corazón.
La vida da mil vueltas y algunos giros son bruscos e inesperados, pero como decía tu abuelo (el que te acompaña en el cielo) hay que plantarle cara al dichoso destino porque cambiarlo solo esta en nuestras manos... y tenía razón. A partir de ahora voy a ser positiva como nadie, voy a vivir, a disfrutar, a reír pensándote y recordando tu cara de angelito, abriendo los brazos a Lucca y enseñándole que la estrella que más brilla en el cielo eres tú, porque te lo mereces mi bella entre las bellas.
A partir de ahora el día 10 nunca más significará tristeza, será un día de celebración, de que mi niña siempre conservará la belleza con la que nació, de que a pesar de no poder conocernos nos dio nuestras más grandes alegrías.
Antes, ahora y siempre...
Te quiere,
Mamá.