Si me descuido hago el mes...
Se me rompió la bolsa en casa a las 4:30 del día 7, entre preparativos y desayunar tranquilamente llegamos a urgencias a las 6 o así, y a las 7:30 ya me hicieron el ingreso. Esperaron hasta las 18 o así (creo, tampoco me hagáis mucho caso con las horas porque no sé qué me pasó, pero perdí la noción de horas y días por completo, me sentí súper rara todos los días que estuve allí...) pero no tenía ni una sola contracción, así que empezaron una inducción. Por la noche empecé a notar algo, pero más que contracciones eran como retortijones y soportables. Como pasaban las horas y la cosa seguía sin avanzar decidieron enchufarme la oxitocina sintética; yo iba con la idea de parir sin epidural, pero con esa mierda de oxitocina me fue imposible aguantar. El caso es que empecé a notar otra vez las contracciones más de la cuenta, y tras llamar tres veces decidieron subirme la dosis de analgesia... y también la de oxitocina (total, como no la iba a sentir...). Pero volví a notar dolor, y misma jugada, me subieron la dosis a regañadientes y la de oxitocina también (esa no fue a regañadientes). Cuando ya no aguantaba sin llorar, sin retorcerme, sin respirar (las respiraciones aprendidas en las clases de preparación al parto están muy bien cuando las contracciones no duelen, en mi caso no me sirvieron de nada, hiperventilé, me ahogué y me acordé del joputa que se le ocurrió sintetizar la oxitocina y de todos sus muertos), entonces se dieron cuenta de que se me había salido el catéter (aún no sé dónde fue a parar toda la analgesia). Tras un amenazante "estate quieta o si no no lo ponemos (hija de puta, si no hubiera estado en esa situación vulnerable no te habrías atrevido a decirme eso) y con la ayuda de otro anestesista que me tuvo que sujetar porque como ya os he dicho no aguantaba sin retorcerme, me lo volvieron a colocar (esta vez me dolió un huevo, por si me dolían pocas cosas) y al rato ya me cambió el semblante.
Me dieron unos meneos en la barriga para "despertar" a Mario, porque decían que no se movía, aunque el corazón latía perfectamente. Total, que cuando estaba de 8 cm me dicen que empuje un poco y que mantenga, que van a tomar una muestra de sangre de la cabecita. "Empujas muy bien, pero vamos a hacer una cesárea". Con la inducción ya se me había caído parte del mundo, y con eso se me terminó de caer, pero claro, o la cesárea o mi bebé... Recuerdo que hacía mucho frío, recuerdo también el zumbido del electrobisturí y el ruido del aspirador. Me hicieron algo parecido a una (dos) maniobra de Kristeller. Luego oí llorar (supongo que era Mario, digo supongo porque yo no ví absolutamente nada, no sentía, casi no podía ni respirar de dormido que tenía el cuerpo, si no llega a ser por el oxígeno que me habían puesto), después oí "hay una hemorragia, el útero no se contrae" y ahí ya fue cuando, dentro de ese estado de ausencia en el que estaba, pensé "no voy a conocer a Mario, de esta no salgo". Lo curioso es que en ese momento no sentía tristeza, además de físicamente estaba anestesiada mentalmente también. Pero sí lo conocí. "¡Mira, este es tu bebé!" Y me enseñaron a la altura de la cara al pobrecito Mario blanco de frío que estaba, envuelto en verde y con un gorrito, le sonreí, le dije hola y que era muy guapo, no podía hacer nada más... Luego se lo llevaron y ya no lo volví a ver hasta que me sacaron del quirófano para ir a la habitación, que me lo pusieron encima (qué detalle, yo desnuda pero él tapadísimo... aunque estaba helada, así que tampoco hubiera disfrutado mucho de mi contacto) hasta llegar a la habitación, que alguien lo cogió y lo dejó en el nido.
Tardé mucho (a mi me parecieron un par de horas, pero ya dije que tenía la sensación del tiempo alterada) en recuperar la sensibilidad y el calor en todo el cuerpo. La primera sensación que noté fue como si me hubieran dado una paliza.
Resumen y conclusión: rompí la bolsa, no tuve contracciones por mí misma, me indujeron y al final me hicieron una cesárea. Me dijeron que tenía el pezón pequeño (qué más da, si los bebés cogen toda la areola) y que necesitaba pezoneras. No tuve más que gotas de calostro. A día de hoy no tengo leche, en todo el día quizá consiga sacarme con el sacaleches 5 mililitros en total de ambas tetas juntas. Uso sacaleches porque, por supuesto, como tuve que darle biberón para que no pasara hambre y combinado con las pezoneras (que luego no las quiso) no hubo manera de que se agarrara a la teta. La ayuda que me ofrecieron en el hospital fue estirarme los pezones (¿?) para ver si así los cogía y estrujarme una teta como si fuera un estropajo para ver si me salía algo. No salió nada, sólo mi queja de dolor.
Así que eso, no tuve el parto que quise (de hecho ni siquiera he podido parir), no tuve piel con piel (lo he intentado en casa y nada... me da la sensación de que mi hijo me rechaza), me he perdido la lactancia materna que había soñado como algo súper especial, no siento que tenga con mi niño un vínculo tan fuerte como se supone que debería sentirlo y el cuerpo que se me ha quedado y la cicatriz de la cesárea donde más me duelen es en el alma.
Y encima mi pobrecito tiene cólicos y además no le gusta cuando lo pongo en el fular portabebés (otro pequeño sueño que tenía y que también he de borrar).
Siento haber soltado todo este tocho tan derrotista, pero ha sido algo así como un desahogo, me hacía mucha falta. Disculpad y gracias por leerlo.
Necesitaría noticias positivas, así que agradecería que alguna dijera que a ella le ha ido como quería, que se ha sentido súper bien y que está feliz!!