La llegada al mundo de Sami: 24/10/2018
Mi princesa, desde que nos despedimos llevo pensando en escribir la historia de tu nacimiento y tu partida. Para mí redactar el día en el que te conocimos y nos dijimos adiós es la forma de avanzar otra página en el duelo por tu partida. Por ello doy aviso a quienes no deseen leerlo que omitan este post que va en tu honor en mi diario como mamá.
El 16 de octubre nos hicieron una eco de control para vigilar la arritmia que habían detectado semanas atrás. Realmente iba angustiada, aunque había procurado no indagar mucho, cualquier parámetro que salga fuera de lo normal preocupa muchísimo a una mamá. Ese día empezó el giro del destino, cuando tras mucho mirar y sentarnos entorno la mesa nos hablaron del CIR. Mi gine creo que quiso protegernos del impacto inicial, insinuaba posibles mediciones incorrectas por ciertos factores, la necesidad de reconfirmarlo para poder hablar realmente de CIR. Nos citó el día 22 a primera hora con ella y un neonatólogo de la clínica experto en ecos. Estuvieron un buen rato mirando. Al sentarnos de nuevo en la mesa fue cuando nuestro mundo comenzó a pararse poco a poco: CIR confirmado, además comentaban opciones de malformación placentaria (que luego se confirmó). Quedé totalmente derruida, de hecho sé más de lo que pasó ese día por lo que Yon me ha ido respondiendo que por lo que recuerdo. La situación era tan delicada que tras hablar de índices y opciones el camino más fácil era sacarla e intentar desde fuera que saliese adelante, ya que el crecimiento se estaba frenando casi por completo. La decisión fue rápida y una enfermera me pinchó para madurar sus pulmones.
El 23 ingresé para monitorizar a la peque, dado que así podrían observar sus latidos en todo momento y agilizar el proceso si fuese necesario. Esa mañana con el inicio de turno se repitió la ecografía. Realmente mi princesa se había estancado y además esa noche tuvo alguna alteración en el pulso que empezaba a preocuparles. Los fármacos para ablandar el cuello me los pusieron por la noche. Tras pinchazos varios me iniciaron en vena oxitocina. Eran a penas las 8.30h cuando comenzó todo. Temblaba, no sabía si de frío o de miedo. Me parecía todo tan irreal, tan forzado, tenía que ser una pesadilla. En un rato empecé a sangrar bastante y las contracciones, aunque irregulares, dolían ya mucho. Me miraron y había dilatado unos 5cm. Realmente no tuve constancia del tiempo hasta que dijeron su hora de nacimiento. Tras un rato, en el que cada vez temblaba más, detectaron descenso en el pulso de Sami y me recolocaron al lado izquierdo y con una pierna en posición algo incómoda. Pasé a paritorio, donde ya había un pediatra y mi gine esperando. Todo fue muy deprisa. Miraron dilatación y estaba ya preparada, Sami no ejercía fuerza hacia abajo así que complicaba el descenso por canal de parto. Confirmaban sufrimiento fetal y una arritmia importante. Creo que en ese momento el mundo puso un stop para nosotros de golpe. Y pasaba el tiempo sin pasar. La sacaron y Yon pidió cogerla, a día de hoy sé que él estaba informado de que la situación era irreversible y había daños a nivel neurológico importantes por causa del sufrimiento fetal. Se acercó a mí con ella en brazos, tapada con una mantita. Os aseguro que era preciosa. Y así poco a poco entre nosotros una princesa subió al cielo.
Ahora sé que no era candidata si quiera a cesárea dado que había daños que ya se habían producido anteriormente y el parto vaginal era menos traumático para ambas. Tras todo el proceso tuve que pasar por legrado, porque quedó placenta adherida dentro y sangraba bastante. Esa sensación de salir del paritorio sin mi bb, de no tener a quién acunar en esos momentos que mi peque estaba para mí muy lejos, y lo peor la salida del hospital y la llegada a casa con los brazos vacíos. El corazón se te rompe en mil pedazos y se vuelve a unir porque has de ir hacia delante, de la mano de tu familia.
Sami me hiciste mamá de una niña, siempre lo seré