31.10.2019: una cita muy especial e inesperada. ¡Bienvenida pequeña Nur! La llegada de un arco iris de luz
Los días previos a tu llegada no había notado nada especial. Lo único que si ha coincidido con tu hermanito es el síndrome del nido, que parece ser que mi subconsciente se entera antes que yo de vuestra llegada inminente, ya que en ambos casos el día previo al nacimiento me he visto haciendo tupers y con Yon intentando que frene el ritmo de recoger por casa
El día 30 a las 13h teníamos visita para correas y gine, estando ya de 39+2. En las anteriores correas todo había salido bien y no había indicios de que te animases prontito a salir. Pasamos a la consulta puntuales y nos pusieron los monitores. Estuvimos casi 1h sin que saliesen nada muy destacable, a palabras de nuestra gine. Me hizo un tacto, por curiosidad de ambas, y me encontró el cuello muy blando, ligeramente borrado, sin dilatación. Ella nos anticipó que al no ser primer parto eso podría ser buena señal. Para finalizar la cita consensuamos fecha para inducir si no decidías salir por ti misma: el 14 de noviembre. Nos fuimos a casa la mar de tranquilos, sin esperar que el parto estuviese cercano.
Esa tarde salimos de paseo con el peque como casi 2 horas. Al llegar a casa me empecé a notar la tripa dura y me senté en el sofá a descansar. Serían sobre las 19h cuando me empecé a sentir una presión abajo, como un peso enorme, fui varias veces al baño con la sensación de que se me escapaba el pis, como cuando tienes infección, pero a penas hacía. Hasta que una media hora después la presión abajo empezó a hacerme como picos, sentía tirantez y como si me oprimiesen en los riñones. Eso fue lo que me hizo consciente de que estaba empezando la labor de parto, dado que me recordó a lo que sentí con Yon. Avisé a Yon de que pensaba que la cosa empezaba a animarse y que por el momento quería esperar a tener contracciones rítmicas o romper bolsa. Miramos cada cuanto tenía picos de presión y eran irregulares por completo, además algunos los notaba más que otros y eso me desorientaba un poco. Me metí a la ducha mientras el papi se encargaba del peque, le dio la cena y lo durmió. Conecté conmigo misma durante el baño, me relajó mucho pero también me ayudo a acelerar todo, ya que al salir empezamos a monitorizar contracciones y eran cada 8 minutos. Esta vez no era tanta la sensación de dolor en los riñones, era más bien presión en esa zona y abajo. A esto se sumaba que había empezado a manchar ligeramente. Viendo que todo parecía coger ritmo decidimos llevar al peque con Adah, teníamos todo ya preparado en el coche desde hacía días "por si a caso". Sentarme en el coche quieta me hizo sentir muy incómoda, no sabía cómo ponerme. En el trayecto de dejar a Yon y llegar al hospital las contracciones se aceleraron, cada 5 minutos, con cada una me empezaba a notar un poco mojada, me había puesto 1 compresa y una toalla.
Nos pasaron a monitores y el trabajo de parto había empezado sin dudas, además había fisurado bolsa pues lo que notaba era líquido con un ligero tinte rosado de sangre. A las 22.30h ingresamos en nuestra sala de dilatación, con mi ducha privada y la pelota. Estaba dilatada de 4cm al ingreso. La cosa parecía ir rápida, y para suerte mía los dolores de parto esta vez eran menos punzantes que con Yon. Estuve en la pelota y moviéndome por la habitación hasta pasadas las 24h. Contracciones cada 5 minutos que iba controlando con el movimiento. Casi no podía creer que finalmente hubiese llegado el momento cercano de tener a Nur en los brazos, solo podía pensar en oírla llorar y acunarla entre nosotros. Debo decir que en muchos momentos se me saltaban las lágrimas de emoción. Sobre la 1 me tactaron y estaba de 5cm, habíamos avanzado poco, pero no me preocupé dado que la dinámica de parto seguía activa, quería confiar en mi cuerpo y mi pequeña y dejarlos trabajar a su ritmo. Tuve un momento de agobio poco rato después, dado que las contracciones continuaban cada 4-5 minutos pero me duraba la presión casi 2 minutos continúa, con lo cual no podía casi descansar entre 1 y otra. Llamamos al matrón, que fue un amor desde el minuto 1, que acudió y me fue aconsejando posturas y respiraciones. Gracias a eso pude tener mi parto sin epidural pues retomé el control del dolor y me relajé nuevamente.
Sobre las 3am quise entrar a la ducha. Sentía mucha presión abajo, me daba sensación de hacerme pipí, la verdad fue una sensación bastante estraña durante el parto que se repetió varias veces. Estuve así hasta bien bien casi las 4 de la mañana. El agua y la pelota me ayudaron mucho junto con los ánimos de Yon, que acabó casi duchado también. Me sequé y me quedé con el camisón y mi pelota. Pedí un tacto sobre las 4.30 dado que me sentía ganas de empujar, era una presión enorme y mi cuerpo casi respondía si no me frenaba. Al tacto habíamos llegado a los 10cm y Nur estaba casi ya palpable. No podía creer lo rápido que había ido todo. Comenté mis ganas de empujar y el matrón me animó a ayudar a bajar a mi princesa. 10 minutos después de dejarme llevar la bolsa rompió por completo, todo el proceso encima de mi pelota. Pedí ponerme en la posición de parto habitual y al tacto la peque ya estaba casi coronando. Sentí como me quemaba y las ganas de empujar me resultaban irrefrenables. Con 6 pujos Nur estaba fuera, llorando casi de inmediato. Nació a las 04.58.
Me pusieron a la peque encima mientras salía la placenta y me cogían 1 puntito de desgarro. Yon le recitó la Sura a nuestra princesa y nos dejaron 1 hora y media en sala de dilatación haciendo el piel con piel y agarre espontáneo. Enseguida supo cogerse y mamar. Todo nos parecía un sueño perfecto, una suerte enorme de cogerla en brazos y acunarla, por fin teníamos a nuestra princesita respirando sobre nuestra piel. Yon lloró al verla encima mío, al ver como reaccionaba a su voz mientras le hablaba. Sin duda fue maravilloso.
Gracias Nur por devolverle a octubre ese significado tan especial que siempre tuvo para nosotros. Naciste el día que nos prometimos años atrás, el mes que cantamos positivo para tu hermano y el mes que empezó la búsqueda que te trajo a nosotros después de una gran tormenta. Nuestra arco iris de luz, Nur.