Me quedé petrificado ante las palabras de Thais. Era lo último que esperaba de ella. Creí que había sido rotunda y tajante cuando me comunicó sus sentimientos en el Aeropuerto de Madrid, que no quería nada más que amistad conmigo.
¿Ha dicho que me quiere? ¿Y qué me odia? No entiendo nada… ¿Hablaba de mi conversación con Akira? ¿La del teléfono? ¿Me habría oído hablar con él…? Ufff…
Traté de recordar la conversación de esa tarde y de entender el motivo por el que se había enfadado, pero un estrepitoso trueno rompió el silencio de la tarde y de pronto me percaté de que la oscuridad había invadido el cielo. Comenzó a llover a cántaros y corrí a resguardarme en la casa.
En cuanto abrí la puerta la imagen de Thais gritandome y huyendo vino a mi cabeza.
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Mierda!! Thais… ¿dónde estás? ¿por qué tienes que salir siempre corriendo?
Una punzada de inquietud y de preocupación se me encajó en el estómago. No paraba de mirar por la ventana y de asomarme a la puerta ansioso de ver regresar a Thais. Llovía muchísimo!!
¿Dónde estaría?
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Como le haya pasado algo no voy a perdonármelo en la vida… - me dije para mis adentros. Estaba intranquilo.
Pensé en salir a buscarla, pero si cerraba la casa con llave y ella regresaba por otro camino, no podría entrar. Uff… Y dejar abierto…con todas nuestras cosas dentro…
Cada 2 segundos me asomaba inquieto a la puerta, pero apenas se veía nada en los caminos. Se había levantado algo de niebla y la lluvia era cada vez más intensa. Me estaba desesperando.
Thais, por Dios… dónde estás…
Después de 10 minutos interminables y repetidos paseos de la ventana a la puerta decidí salir a buscarla. Dejaría la casa abierta y si entraba alguien, mala suerte, pero no podía quedarme ahí quieto sabiendo que Thais estaba ahí fuera en el bosque bajo la tormenta.
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No paran de caer rayos y truenos…espero que haya buscado una caseta donde resguardarse…dios mío, que no le haya pasado nada…por favor…Thais… por favor… dónde estás…
Salí a los caminos y comencé a llamarla, con la esperanza de que me oyera y poder traérmela a casa.
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THAAAAAAAAAAISSSSSSSSSSSSSSSSSS!!!!!! THAAAAAAAAAAAISSSSSSSSSS!!!
Gritaba y prestaba atención, por si la oía responder, pero sólo escuchaba el ruido de la lluvia estrellándose contra el suelo.
Comencé a correr bajo la lluvia hacia la dirección en la que creía que se había ido, mientras seguía llamándola. Un relámpago iluminó mi cabeza partiendo el cielo y ví caer un rayo no muy lejos de allí. Recé porque no le hubiera sucedido nada a Thais…
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Demonios…dónde estás… juro que si te encuentro te voy a encerrar en la habitación y no vas a salir hasta que me dé la gana…
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THAAAAAAAAAAAISSSSSSSSSSS!!!!
La lluvia seguía azotando mi cabeza sin darme ningún tipo de tregua. Seguía caminando bajo la lluvia, cada vez más empapado y lleno de barro.
A lo lejos me pareció ver que algo se movía, pero con el viento que se había levantado, podía ser cualquier cosa vapuleada por el aire...
- THAAAAAAAAAAISSSSSSSSSSSSSSSSSS!!!!! - seguía gritando.
Decidí acercarme al lugar dónde me pareció que había detectado movimiento y creí vislumbrar una sombra bajo un árbol. Presté atención y me fijé mejor en el árbol para averiguar qué era.
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Creo que es una rama…. ¿Sí? ¿No? Uhmmm … parece una persona… ¿Thais? ¿será ella?
Agilicé mi ritmo y corrí hacia la sombra…era ella, calada hasta los huesos, temblorosa y completamente inmóvil en el árbol.
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THAAAAISSSSSS!!!! Dios mío, ¿eres tú? Gracias a Dios…Ven, vámonos!! - dije corriendo y encaminándome hacia ella