Querido
diario,
Estaba nerviosísima, pero tenía que bajar de nuevo a la planta baja. Se suponía que debía cambiar mis ropas mojadas y bajar, me apeteciera o no. De nuevo ese olor
…dios mio… como podían siquiera sus ropas oler así… Sentía como si un abrazo suyo recorriera toda mi piel, como si sus cálidas y suaves manos acariciaran mis hombros, recorrieran mis brazos, palparan mi estómago…ufff…no quería ni pensarlo.
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Thais, quizás no es buena idea usar su pijama…
La camisola me estaba grande, pero no era lo suficientemente larga como para cubrirme bien los muslos y darme seguridad. Mientras me miraba al espejo, intentaba estirarla y colocármela del modo menos indecente posible. Si la estiraba hacia delante, el escotazo era más que evidente y además sentía que se me vería el culo ya que sólo llevaba un tanguita. Si la estiraba hacía atrás…el escote resultaba más recatado, me tapaba algo más el culo pero siquiera cubría mis piernas.
Pensé en Shamu y en lo sucedido en la cocina. Recordé la presión de
“eso” sobre mi cuerpo y enrojecí de vergüenza, como si hubiera sido culpa mía.
Uff…que fuerte! No lo habré imaginado, no?. Estaba casi segura de haberlo notado pero me parecía tan insólito y hacía tanto que no me sucedía algo así que no me lo creía . ¿se habría excitado por mí? ¿por los pezones? ¿Sólo con eso? No podía ser…¿no? Aunque… bueno, los tíos son una especie distinta… Recordé un artículo que había leído recientemente:
"Los hombres piensan un promedio de 19 veces al día en sexo…"
Pues yo llevo casi un día con él!! ¿Sería Shamu de los tíos del promedio? Bueno, era tío, con lo cual… el estudio le incluía…Pero claro, ¿Qué significa pensar en sexo para un tío? ¿Pensar en el coito, tener pensamientos eróticos, masturbarse o sólo pensar en una tía que les gustara? ¿Cuál era el alcance de la afirmación de ese estudio? ¿Quería decir que Shamu había pensado 19 veces en hacer el amor? ¿en tetas y culos? ¿Míos? ¿o de otras? ¿pensaba cuando veía algo que le recordara al sexo? ¿o simplemente lo tenía en su cabeza? Es que “pensar en sexo” es muy amplio! Y más para un hombre!
Ains…!! Thais, deja de pensar en tonterías… ¿Cómo se va a excitar por un pezón? Te lo habrás imaginado, boba…!
JA! Yo no me he imaginado
“eso” …! Con decisión cogí mi pijama mojado y salí al pequeño balcón de la habitación. La noche era oscura y apenas se veían luces cercanas, pero reconozco que el aire fresco disipó mis acalorados pensamientos sobre Shamu y el sexo. Extendí la ropa en la misma barandilla para que se secara y poder usarlo la noche siguiente. No recordaba haber visto tendedero en la casa por lo que pensé que ahí estaría bien. A las malas, si hacía aire y se caía abajo, lo podría rescatar a la mañana siguiente.
¿Qué hago? ¿Bajo o me acuesto ya? Era tarde y no sabía qué hacer. Finalmente, decidí bajar a tantear a Shamu, a ver qué pensaba hacer. Imaginarle en la cama conmigo esa noche…. Uff… me iba a dar algo. La pasada noche me había quedado esperando en la cama a que saliera de la ducha, y al final siquiera recuerdo haber dormido con él o el tacto de su piel. Pero… ¿y esta noche? ¿Qué sucedería entre los dos? ¿Qué pasaría? Me había levantado muy valiente, con pensamientos de reconquistar a Shamu, de enamorarle, pero tras ese día, ahora me encontraba abatida y no pensaba lo mismo. La jornada había sido demasiado intensa para lo que mis malogrados nervios podían soportar: el paseo a Totero jugando con su sombrero…el baile agarrados…beso al atardecer… Dios... el beso...
Uff…Un aguijonazo se me hundió en el estómago al recordar ese beso, el breve roce de sus labios me había trastornado enormemente, pero su rechazo… De nuevo sentí ganas de llorar al evocar en mi mente sus anchas espaldas caminando hacia la casa rural y su condescendiente silencio ante mis palabras restando importancia a lo sucedido.
Quien calla, otorga. Si hubiera querido decir algo al respecto, lo hubiera hecho, y sin embargo…nada apuntó cuando le dije que tampoco había significado nada para mí.
Dolía.
Tragué saliva y cerré los ojos, esperando que todo hubiera sido un sueño y al abrirlos no estuviera en esa casa rural pasando ese trago. Pero, al abrirlos, de nuevo estaba esa chica de mirada triste mirándome en el espejo de esa bonita habitación.
Me obligué a sonreír y más me pareció una mueca que otra cosa, pero debía fingir con Shamu que todo estaba bien, que éramos amigos. Nada había pasado en la cocina. Debía convencerme de eso. Hubiera sucedido lo que hubiera sucedido, Shamu jamás sería mío, y eso se me tenía que meter en la cabeza como fuera.
Tomé aire con el objeto de inhalar fuerza a mi corazón. Necesitaba impulso y resistencia para bajar de nuevo al salón y forcejear con sus ojos oscuros.
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Ya lo has recogido todo? - dije al llegar abajo.
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Sí. Sólo era agua, se secará enseguida.
Shamu estaba sentado cómodamente en el sofá y me recorrió con su mirada sin ningún tipo de pudor mientras yo me sentía como si estuviera pasando por un escáner. Alargué mis manos con intención de coger la parte baja de la camisola y cubrir mis muslos pero recordé que si hacía eso, sería en detrimento de la cobertura de mis senos.
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Te queda algo grande, no?
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Er… bueno…un poco…pero para dormir... ya está bien… - contesté con corte. ¿Cómo puedo ser tan atrevida en unas ocasiones y tan apocada en otras? Joder, que no tengo 15 años!
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Estás muy...bien... - dijo Shamu sin parar de mirarme mientras yo enrojecía. No sabía como interpretar sus palabras.
Me senté en el sillón de al lado del sofá, pero no sin antes colocarme el escote y coger un cojín de su sofá para cubrirme las piernas. Notaba sus ojos en mis piernas, en mis pechos, en mi cuerpo y eso me estaba poniendo nerviosa.
Tal vez no era tan buena idea lo de su pijama...
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Y ahora yo que hago? – dijo Shamu mirando como yo intentaba taparme con un simple cojín.
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Que haces de qué? – pregunté sin entender la pregunta.
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Voy a tener que dormir desnudo contigo porque tienes mi pijama…
(…)
(…)
(…)
Que cara no debí poner para que Shamu empezara a carcajearse a lo bruto...
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Jajajjajajajajajajja!! Jajajajajajjaj!!! Pero mira que eres inocente, Thais!! Jajajajajjajaja Ays…. Que cara has puesto…!!! Jajajajjajajajj
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Oye… que no tiene gracia…
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Jajajajjajajajajajajaj!!! Joder, que caaaaraaaaa….!!! Jajajjajajajajja
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Pues no entiendo de qué te ríes, si no he dicho nada.
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Ya! Pero has puesto una cara que no ha hecho falta que lo dijeras! Jajajaja. Ais…me meo… mira que me gusta tomarte el pelo!
Me cabreó que se riera de mí de esa manera, no le veía la gracia por ningún sitio. ¿Tenerle desnudo a mi lado durmiendo? ¿Completamente desnudo? Lo siento, pero no me daba ningún tipo de risa y me fastidiaba que se mofara de ese modo de mí.
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Te vas a quedar viendo la tele? – corté yo levantándome del sillón.
Sólo percibí mi hombro y parte del brazo al descubierto en esa gran camisa cuando ví que Shamu dirigía su mirada hacía él, ignorando mis ojos. Rápidamente, como si sus pupilas me hubieran dado la señal para ello, me coloqué con brío la camisola, cubriendo mi piel y como no, ruborizándome por ello.
Mierda de pijama.
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Er…si… no? – dijo él a los pocos segundos claramente pillado en falta -
Tú no? Acaba de empezar una peli y parece que está bien.
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Creo que me voy a ir a la cama a leer.
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Mmmmm….desnuda? – dijo burlonamente resaltando la palabra “
desnuda”.
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Vete a la mierda! - exclamé dándole la espalda y dirigiéndome a la pequeña estantería de libros del salón mientras le oía reir.
Intentaba concentrarme en escoger un libro de la estantería pero miré de reojo a Shamu. La película podría estar muy bien, pero me miraba a mí y no a la televisión. Dado que estaba dándole la espalda y no debía preocuparme de cubrir mis muslos por delante, decidí tirar atrás, para asegurarme de que dejaba bien resguardado mi trasero pero…siquiera noté el roce de la camisa en mis piernas indicándome que me cubría algo más.
Que raro… pensé palpándome…
Joder, mierda de pijama!! Se me había quedado pegado en el culo y lo único que estaba haciendo tirándolo hacia atrás es que me quedara una bolsa en la cintura!! Como si mi vida dependiera de ello o me quemara la piel separé enérgicamente la camisola de mi culo. Amf…. si bien volví a odiar la facilidad con la que se me cubrían de rubor las mejillas, agradecí la penumbra de la habitación.