(CONTINUACIÓN)
Miré por la ventana y….Shamu. Ahí estaba…
Dios mio, pero qué guapo …. Con sus vaqueros, su sudadera negra….se ha cortado el pelo… Madre mía… pero que cuerpazo, por favor… Al mirarle la amargura y la tristeza me punzó en el estómago al recordar de nuevo sus palabras: amiga.
Bajé del autobús y le busqué con media sonrisa.
-
Thais!! Jo… venís con un poco de retraso… Me estaba desesperando! ¿No has visto mis mensajes? - Shamu me agarró con energía y me dio dos besos
-
Yo…mensajes? - dije adormilada
-
Joeeee que cara traes… venías sobando, no? Sí, te mandé un par de mensajes para saber por donde ibas.
-
Pues… no ví nada. Me he quedado frita en Madrid y ni me he enterado casi del viaje. Creo que hemos parado a mitad del camino pero ni me he bajado del autobús!
- Jejejje… ya se que eres una marmotilla…
- Espera, que voy a coger mi maleta y ya nos vamos con los otros. - dije yo
Volteé el autobús y me dirijí a los maleteros sorteando los mares de gente. Conseguí cazar mi maleta entre la marea humana y volví junto a Shamu, que estaba con su maleta.
- Ya estoy, cuando quieras vamos con Akira y los demás.
- Esto… uhm…
- Donde esperan? Por ahí? Sácame de aquí que no veas lo que me agobia la gente…
Shamu empezó a caminar para alejarse un poco de ese bullicio mientras mi lengua, por los nervios, comenzaba a desatarse.
-
Uff… que escandalera, eh, casi ni te oía! Entre maletas, gritos, gente que baja, gente que espera… que jaleo!! – dije yo – que tal viaje habéis tenido vosotros? Seguro que la habéis liado los cuatro en el autobús, jejeje, como si os viera. A qué hora viene la dueña de la casa rural a recogernos con la furgoneta? Dijo a las nueve y media, no?
Nos dirigíamos hacia la salida de la estación con las maletas apartándonos de tanto ruido. Shamu apenas hablaba.
-
Pero donde vamos!! Dónde nos están esperando estos…? - pregunté impaciente.
-
Erm… Thais…pues….no te lo vas a creer…pero...vine solo. – dijo Shamu mientras andaba -
A Miko y Akira les ha salido un par de reservas importantes en el restaurante.
Me quedé clavada en el suelo completamente atónita por lo que estaba oyendo. Shamu seguía andando.
- Al final no vienen… Me llamaron anoche, casi a las doce, para decírmelo. Su jefe les ha cancelado las vacaciones. Se compromete a pagarles lo que pierden de la casa rural pero por lo visto no podían dejar pasar esa reserva. Esta mañana he llamado a la señora de la Casa Rural para ver si podía anular… pero me cobra casi toda la paga y señal que hemos entregado. Pensé que lo tenías todo preparado, el billete…los días libres. Y yo lo mismo. ¿por qué desperdiciarlo? Somos amigos, no? Aquí hay muchas cosas que hacer y tú y yo somos adultos. Nos lo pasaremos bien, ya lo verás.
Shamu paró a esperarme al verme unos metros detrás de él mirándole con la boca abierta y los ojos desencajados de mis órbitas.
-
Anda, vamos!!
"La casualidad nos da casi siempre lo que nunca se nos hubiere ocurrido pedir."