Querido
diario,
¿Cómo se me ocurrió decirle que iba a ir de viaje? Shamu se quedó unos segundos sin responder tras mi petición de vernos en Barcelona. Sabía que había sido un anuncio impetuoso fruto de la desesperación que sentía al pensar que le iba a perder. En mi cuenta corriente apenas quedaba dinero, con lo cual… o tiraba de tarjeta de crédito o no había avión. Quedaba una semana, seguro que los billetes estaban carísimos con tan poca antelación...
Porqué no pensarás las cosas, Thais! Me puse a rumiar en eso y de repente me dio todo igual, ya vería como saldría adelante el próximo mes, pero necesitaba verle. Tenía que hablar con él y decirle de una vez por todas lo que sentía y lo que me aterraba esa relación. Él debía saberlo y esta angustia tenía que acabar. Yo no podía seguir así. Ni yo, ni él, ni ninguno de los dos. La semana había sido espantosa y no estaba dispuesta a seguir hundida en la mierda.
- Uff… Thais….pero….como me dices eso…que si quiero verte… - respondió Shamu
- Sí. Aún no tengo el billete, pero pensaba ir a ver a mi familia y quería saber si te apetecía quedar conmigo un rato.
- Thais… a ver…por apetecerme… claro que sí. Pero es que no creo que sea buena idea… Ya te he dicho que lo mejor es que cada uno tome su camino.
- Ya, pero en mi camino también estás tú…
- Thais… por favor… en serio, no insistas. Me lo estás poniendo muy difícil, sabes?
Me sentía un poco boba, rogándole y suplicándole que quedara conmigo. Se me hacía una situación muy rara. De hecho, me sentía un poco humillada porque mi propuesta apenas tenía efecto y no lograba convencerle.
- ¿Ni un café en el aeropuerto? – seguía insistiendo yo –
¿en serio no quieres que nos veamos?
- Uff… Thais…mira... Estaré bastante liado, tengo varios proyectos. Y el finde que viene quería quedar con mi amigo Akira, que hace tiempo que no le veo…
- ¿No me puedes sacar ni un par de horas el sábado, el domingo?
- Mira, Thais, me tengo que ir ya, vale?
- Espera!!! Una hora?
- Thais… no insistas….
- 30 minutos!!! Tengo que hablar contigo…
- Ya hemos hablado todo lo teníamos que hablar. Creo que las cosas están claras. Si tienes que decirme algo, dímelo aquí y ya está.
- No. Aquí no.
- Thais, vale ya, por favor….
- 5 minutos, con eso me vale. Sólo te pido eso.
- Ays… Thais, en serio, mira, ya veré, vale? Me tengo que ir ya.
Shamu se despidió y se fué enseguida. Yo me quedé un poco desilusionada. Pensaba que él querría quedar conmigo a toda costa y sin embargo, se había hecho el remolón. Es más, releí la conversación y en ningún momento me aseguraba que quedaría conmigo.
“Ya veré”. Eso había sido para quitárseme de encima…
Uhmmm… que hago? Saco el billete? No sabía qué hacer pues sin la certeza de que Shamu quería verme me parecía un gasto arriesgado dada mi precaria situación económica. Me puse a mirar billetes en todas las compañías. Al final, dí con un billete que llegaba el viernes a las 10 de la noche y salía el domingo a las 9 de la noche también. El precio era alto, pero asumible. Me resentiría el mes siguiente, pero ya lo arreglaría de algún modo.
Lo más probable es que el viernes mis padres me recogieran en el aeropuerto, pasaría el sábado con ellos y el domingo, intentaría irme o bien por la mañana o bien por la tarde, dependía de Shamu. A mis padres podría decirles que iba a quedar con unos amigos para tomar café en Barcelona, para que no me llevaran y tener algo de tiempo con él.
Estuve dudando si coger el billete de avión o no y al final me lié la manta a la cabeza y tramité la compra online. Ya me las ingeniaría para que Shamu accediera a verme. Aún no sabía cómo, pero si hacía falta decirle que me iba a morir y era mi último deseo, se lo diría con tal de conseguir una cita. Yo me había tirado toda la semana pensando en él y quería pensar que él también. Era absurdo mantenernos así.
En cuanto gestioné el billete, llamé a mi familia y les anuncié que iría el próximo fin de semana a visitarles, para que se fueran organizando. Ya estaba decidido.
Imprimí el billete y con él la mano, me invadió una sensación de tranquilidad y de seguridad de que las cosas se iban a resolver en breve con Shamu. Si bien no tenía nada seguro, me animé bastante y comencé a imaginar y a soñar despierta con que estábamos juntos. Me visualicé diciendole que le quería y Shamu feliz de oir lo que yo sentía besándome. Empecé a ponerme nerviosa por lo que iba a hacer. No sabía muy bien lo que le diría y cómo se lo diría, pero tenía la semana por delante para pensarlo y estaba completamente convencida: por fin me iba a declarar y a confesarle mi amor.
Las cosas entre los dos iban a cambiar ... muy pronto ...
Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie.