Querido
diario:
En cuanto llegué al coche, me subí y me recosté en el sillón, pensando. Shamu se había ido y yo había perdido la oportunidad de decirle lo que sentía. Él me quería. Me lo había dicho muchas veces desde el famoso día del sauce. Pero sobretodo, me lo había demostrado desde mucho tiempo antes.
Por mi cabeza empezaron a aglomerarse los recuerdos de los últimos siete años, con Shamu, con Miko…A pesar de ser mi marido, no era muy dado a las palabras y durante mi matrimonio Shamu había sido un amigo inestimable. Cuando tenía algún problema o me había pasado algo, muchas veces prefería contárselo a Shamu antes que a Miko. Él siempre hacía que las cosas parecieran fáciles. Hablar con Miko a veces era como hablar con una pared, no contestaba ni te daba consejos. No participaba de mi conversación. Simplemente asentía. Cuando yo le recriminaba su actitud me decía…
es que no tengo nada que decir! Desmoralizaba un poco pues muchas veces lo que necesitaba era una opinión distinta a la mía u otro punto de vista.
Unos años antes de divorciarme ya me había dado cuenta de que en realidad, contaba mucho más con Shamu que no con Miko. Eso me tuvo presa durante mucho tiempo. Sentía la culpa al notar que estaba más cerca de una persona "anónima" que mi propio marido. No me sentía buena persona.
Shamu tuviera lo que tuviera siempre estaba ahí en el chat, amoldándose a mis horarios y a mi vida. Esperándome. El día que yo entraba y no le encontraba, con enviarle un sms diciendo “
Ya estoy” no tardaba ni 5 minutos en acudir. Nunca nos aburríamos, siempre se las ingeniaba con cosas nuevas que compartir y estar entretenidos, para estar juntos. Yo pensaba muchas veces en ello y le sentía más pareja que a Miko. Con ninguno de los dos tenía relaciones, pero al menos Shamu me escuchaba e intentaba comprenderme.
En el coche recordé el día que Shamu “
me regaló” una radio. Él sabía que a mí me gustaba mucho la música y tantas horas delante del ordenador, en el chat, las compaginaba a la búsqueda y captura de canciones. Me entretenía descargándolas, ordenándolas, renombrándolas, escuchando… Una tarde, al entrar yo en el chat, me saludó como de costumbre y dijo que tenía una sorpresa para mí. Me dijo que pusiera una dirección ip en mi navegador y escuchara… Al poner la dirección ip empezó a sonar una canción de
Los Caños, Niña piensa en ti…
Me contó que él estaba pinchando eso y que yo era la única persona que estaba conectada a la radio. Había montado una radio privada y sólo se podía conectar quien él quisiera. Me hizo mucha gracia, me pareció un detallazo y me encantó la idea. Lo que me sorprendió fue la canción que había escogido. A él le gusta la música tipo Depeche Mode, Evanescence, Corrs, Mago de Oz y ese tipo de cosas. No le pegaba nada Los Caños! Shamu no hace las cosas porqué sí, las medita mucho, a veces demasiado, y estaba segura de que la había puesto por algún motivo.
Mientras pensaba en el coche, recordé también todos los San Valentín de los últimos 7 años. Siempre había tenido una postal de Shamu y un e-book. Se tiraba días y días buscando la tarjeta y el libro perfecto, para mí. Yo no sabía que pensar, pues, en teoría no había nada entre nosotros. Pero me gustaba el detalle, sentirme querida, y nunca le detuve. Era como un juego en el chat.
Cuando tenía exámenes de la UNED se quedaba conmigo enseñándome y explicándome el temario resumido, para que lo comprendiera mejor. Incluso una vez que no me daba tiempo a estudiar y presentar una práctica de programación, se ofreció y la hizo él. Gracias a eso, aprobé y saqué la asignatura.
En el chat en el que entrabamos había una opción para abandonar la sala con una frase de despedida. Shamu siempre ponía unas citas preciosas. Un día le pregunté por ellas y se rió. Me dijo que le gustaba que hubiera reparado en ellas, pues todas y cada una de ellas las ponía pensando en mi. Me sorprendió de nuevo y me encantó…
Nada de lo que él hacía me pasaba a mi por alto. Siempre me preguntaba por qué lo haría, cómo podía ser tan buena una persona… Sospechaba que le gustaba, pero Miko estaba de por medio…
Tantos y tantos recuerdos que se agolpaban a mi cabeza… Pensando en ellos me di cuenta de que Shamu, con todas sus acciones, con sus detalles, sus regalos, sus frases, canciones, me había dicho Te quiero desde muchísimo antes de divorciarme. Me tenía cautivada. Me quedaba embelesada con su charla, sus comentarios, risas, bromas. En mi interior había una llama que ardía por él y nunca le dije nada. Sospechaba que yo le gustaba a él, pero… Miko....siempre Miko...no era justo para él.
Pensé en qué iba a hacer ahora. Qué sucedería? No sabía si Shamu querría seguir siendo un amigo o tal vez no quisiera volver a verme jamás. Me preocupaba eso. Sabía que mi negativa a tener una relación con él le había hecho daño y un hombre despechado podía ser capaz de cualquier cosa. Imaginé que se debió sentir como un títere en mis manos, tantos años pendiente y cuando creyó que era su momento, que Miko estaba fuera de mi vida, le doy con la puerta en las narices. Me sentía ruin, mala persona. Él había luchado por algo que creía, por su amor y yo le había declinado sin ningún pudor. Tenía un nudo en la garganta.
Llevaba un buen rato en el coche y decidí irme a casa. El parking era de pago y no podía permitirme estarme ahí pensando. Puse la radio para evadirme de mis pensamientos….
Un adiós se llevó, los años más felices de mi vida
dejándome el alma triste y fría
volviendo a la soledad y a pensar como estarás.
No te puedo olvidar tu ausencia es algo que me tiene herida
la noche es larga y mi cuerpo extraña
el amarte otra vez como ya lo hice ayer.
Hoy sin ti, empiezo a recordarte
empiezo a lamentarme
como ya lo hice ayer, como ya lo hice ayer.
Ya no puedo reír no sabes cuantos días te he llorado
al no tenerte más entre mis brazos
ni besar tu boca más y ni sentir tu fuego ya.
Y es que no se vivir así
tú lo eras todo para mí
anhelo verte para hablarte de todo
quiero llamarte y susurrar te quiero!
como yo te quise ayer, como ya lo hice ayer.
Hoy sin ti, empiezo a recordarte, empiezo a lamentarme
como ya lo hice ayer, como ya lo hice ayer
Conducía con los ojos llenos de lágrimas. Que canción más oportuna. No se ni como llegue a casa. Me sentía tan mal… Y cuando llegué… no fue mejor. La casa estaba completamente sola. El vacío que había dejado Shamu era enorme.
Entré en su habitación y ví la camiseta que le había prestado encima de la cama. La cogí y la besé. Las lagrimas asomaron de nuevo. Olía a él… Me encantaba su olor. Esa noche dormí en su cuarto, entre sus sábanas y abrazada a una camiseta que amaneció empapada en lágrimas.
Por la mañana me levanté bastante desanimada. Me sentía cansada, deprimida, triste… La vida era una mierda…pero había que pagar facturas…Aún no sabía como, pero debía seguir adelante.
Me levanté y me duché. No había cenado, pero tampoco quise desayunar. Cogí el bolso para irme a trabajar y recordé el móvil…uff...dos mensajes…de Shamu…
16:30h : ”Thais, cariño, sobretodo, nunca olvides que te quiero…”
02:15h: ”Thais, ya estoy en casa. Durante un tiempo no entraré el chat, espero que lo comprendas”
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"El dolor siempre cumple lo que promete."