Qué es un troll?
Un
«troll» de Internet es el (normalmente es un él) que
siente placer al sembrar discordia en Internet.
Intenta iniciar discusiones y ofender a la gente.
Los trolls ven los servicios de comunicaciones de Internet como lugares adecuados para su extravagante juego. Por alguna razón, no
«captan» que hieren a gente real. Para ellos, los demás usuarios de Internet no son del todo humanos, sino una especie de abstracción digital. Como resultado, no sienten ningún tipo de pena por el dolor que infligen. De hecho, cuanto mayor sea el sufrimiento que causan, mayor es su logro (tal y como lo ven ellos). De momento, el relativo anonimato de la red permite que florezcan los trolls.
Los trolls son completamente insensibles a las críticas (constructivas o no). No puedes negociar con ellos; no puedes hacerles sentir vergüenza o compasión; no puedes razonar con ellos. No se les puede hacer sentir remordimientos. Por alguna razón, los trolls no sienten que estén obligados a seguir las normas de cortesía o responsabilidad social.
Quizás esto suene inconcebible. A lo mejor piensa
«Sin duda habrá algo que pueda escribir que les haga cambiar». Pero
un auténtico troll no puede ser cambiado mediante meras palabras.
¿Por qué importa?
A algunas personas -
especialmente las que han estado conectadas durante años- no les afectan los trolls, los consideran un inevitable riesgo de usar la red. Como señala el dicho,
«no puedes tener un picnic sin hormigas».
(...)
¿Qué se puede hacer con los trolls?
Cuando sospeche que alguien es un troll, puede intentar responder con un mensaje educado y suave para ver si simplemente es alguien que está de mal humor. Los usuarios de Internet dejan a veces que sus pasiones se liberen al sentirse seguros sentados delante del teclado. Si ignora su elevado tono de voz y les responde de una manera agradable, normalmente se calman.
Sin embargo, si la persona se empeña es ser bruta, y parece disfrutar siendo desagradable, la única postura efectiva se resume en lo siguiente:
La única manera de tratar con trolls es limitar su reacción a recordar a los demás
que no respondan a los trolls.
Si intenta razonar con un troll, él gana. Si insulta a un troll, él gana. Si le chilla a un troll, él gana.
Lo único que los trolls no pueden aguantar es que se les ignore.
(...)
Suplantación
Una técnica que usan los trolls para generar caos es hacerse pasar por una persona bien considerada. En algunos sistemas no hay nada que impida que alguien firme con su nombre un mensaje de mal gusto. En otros sistemas puede que el troll tenga ser un poco más astuto, quizás cambiando un carácter por otro. Éstos son varios ejemplos de varios trucos para engañar que se podrían usar contra una persona llamada
Brenda Q. O'Really:
Brenda Q. O"Really
Brenda Q. 0'Really
Brenda Q O'Really
Brenda Q. O'Rea11y
Bredna Q. O'Really
8renda Q. O'Really
Nota:
«Brenda Q. O'Really» es un nombre inventado para ilustrar el engaño y no pretende hacer referencia ninguna persona concreta.
Si usted reacciona con enfado, el troll gana. Así que si ve en algún
foro un mensaje suplantándole, simplemente escriba una respuesta a él
titulado
«Ése no era yo» y escriba solamente esto:
Yo no escribí ese mensaje; es una falsificación.
Por supuesto, en ocasiones encontrará que la gente que le conoce bien ya haya identificado el mensaje como una falsificación y lo haya etiquetado como tal. Después de todo,
uno de los objetivos del troll es darle mala imagen. Si usted tiene una buena reputación, la gente tendrá un indicio claro si un mensaje aparentemente escrito por usted está totalmente fuera de tono.
El reto del webmaster
Cuando los trolls son ignorados, redoblan sus ataques, buscando desesperadamente la atención que ansían. Sus mensajes se vuelven más y más groseros, y los envían más que nunca. Otra alternativa es que afirmen que se está recortando su libertad de expresión.
El moderador de un foro puede no ser capaz de borrar inmediatamente los mensajes de un troll, pero su trabajo se hace mucho más duro si también tienen que leer numerosas respuestas a trolls.
(...)
¿Qué pasa con la libertad de expresión?
Cuando los trolls ven que sus esfuerzos están siendo resistidos con éxito, a menudo se quejan de que se está infringiendo su derecho a la libertad de expresión. Examinemos esa alegación.
Si bien la mayoría de la gente en Internet son ardientes defensores de la libertad de expresión, ésta no es un derecho absoluto; hay limitaciones prácticas. Por ejemplo, no se puede gritar «
¡Fuego!» en un teatro abarrotado de gente, y no se puede bromear sobre bombas mientras se espera para embarcar en un avión. Aceptamos estas limitaciones porque admitimos que sirven para un bien mayor.
(...)
La respuesta definitiva al argumento de la libertad de expresión es éste:
aunque podemos tener derecho a decir más o menos lo que queramos, no tenemos derecho a decirlo donde nos dé la gana.
(...)
¿Por qué lo hacen?
Afirmación.
Los usuarios habituales de la red saben lo delicioso que es que alguien responda a algo que ha escrito uno. Es un encuentro de mentes, lo que es un estremecimiento intelectual, pero también es un reconocimiento del valor de uno, y eso puede ser una recompensa emocional muy satisfactoria.
Los trolls
ansían atención, y no les preocupa si ésta es
positiva o negativa. Ven la Internet como un espejo en el que pueden mirarse en un éxtasis
narcisista.
Si quiere un análisis más profundo,
quizá un psicólogo puede emitir algo más de luz sobre el asunto.
Conclusión
La próxima vez que esté en un foro y vea un mensaje de alguien que usted crea que es un troll, y sienta que debe responder, simplemente escriba un mensaje de respuesta titulado
«Alerta troll» y escriba solamente esto:
La única manera de tratar con los trolls es limitar su reacción a recordarle a los demás que
no contesten a los trolls.
Al enviar un mensaje como éste,
le hace saber al troll que usted sabe lo que es, y que no va a ser arrastrado a su pequeña y retorcida afición.
La Internet es una colección espléndidamente caótica de material tanto serio como estúpido. Al ser tan libre, está obligada a tener problemas.
Pienso que podemos disfrutarla mejor si tratamos con todo lo que pasa en la red con una irónica sonrisa abierta y un encogimiento de hombros preparado.
Por Timothy Campbell (2001)
Traducido por Quique Matías