Diario,
En mi vida me habían hablado así. Tengo hermanos y de niña me he peleado muchas veces con ellos, pero con nadie me ha afectado tanto una discusión. Yo lloraba y lloraba… cada frase que salía de su boca era un puñal en mi corazón, cada pensamiento que expresaba me desgarraba, me consumía…
Shamu soltó mi mano, seguía increpándome…
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No tienes ni idea de todo a lo que he renunciado por ti – seguía reprendiéndome –
Me dices que esto es un error y pretendes que yo lo olvide sin más. ¿Pretendes que te borre de mi memoria? ¿Qué borre 7 años de momentos contigo? ¿Te crees que eso es fácil? Me he pasado todas las tardes pendiente de cómo estabas, pendiente de si tenías o no problemas con Miko, pendiente de tu divorcio, he estado ahí para escucharte y para secar tus lágrimas SIEMPRE. Explícame como me olvido de eso! Soy gilipoyas y esto me pasa por estar tonto!
No podía soportarlo. Yo no podía soportar que siguiera diciéndome esas cosas. Me estaba haciendo sentir una mierda.
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Por favor… Shamu… para….. – sollozaba yo.
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Me he peleado con mi familia por tí!! ¿Lo sabías? Les dije que me había enamorado y casi ni me hablan! Me enfrento a ellos ¿Y tú me vienes con que es todo mentira? Me vienes con que soy un inmaduro. ¿Inmaduro por querer estar contigo? ¿Por desear ver todos los días como estas? ¿Con que estoy siempre de risa por intentar hacerte reír?
“
Por favor, que pare ya….que deje de hablar… no aguanto más…” pensaba yo. No podía resistir más sus palabras. Sabía que estaba muy enfadado conmigo y todo lo que decía era cierto. Verdades como puños. Pero no quería escuchar nada más…
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¿Sabías que he dejado de estudiar por estar junto a ti? ¿por pasar un rato contigo? He suspendido todo, Thais!! Entérate de que he preferido estar a tu lado escuchando tus problemas que coger un libro!! JA!! Idiota! Eso es lo que soy por anteponerte a mi carrera y a mi vida. Que me olvide, dice… que me olvide porque todo es mentira y que en el chat es todo ficción…
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Para….Shamu… Para….Para….. – gimoteaba…
No podía más. Quería que se callara…
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Sí, claro, y ahora que pare… que pasa? No te gusta oír la verdad? No te gusta no tener razón? Tú sueltas las cosas de cualquier manera y te quedas tan ancha, pero que te las digan a ti, eso no vale, verdad? A eso no juegas!
-
POR FAVOR PARA YA!!!!!!!! - le grité –
PARA!!! PARA!!! PARA!!!! PARA!!!!!!!!YA!!!!!!!!
Bruscamente me levanté del sofá y me fui a mi habitación dando un portazo. Me tiré en la cama y me puse a llorar como una loca…. Me sentía tan pequeña….tan poca cosa….quería desaparecer del mundo. Me dolía el pecho y mi corazón latía a toda velocidad. Era tal mi angustia que creía estar volviéndome loca. Me temblaba todo el cuerpo y mi respiración era acelerada mientras lloraba a moco tendido. Sentía que la cabeza me daba vueltas y me iba a desmayar en cualquier momento, me faltaba el oxigeno.
Estaba muy confundida. ¿tan mala era yo? ¿tanto daño le había hecho como para merecer que me hablara de esa manera? ¿¿porqué no podía entender que yo no podía estar con él?? ¿¿Por qué?? No entendía nada.
Seguí llorando en la cama, como si eso fuera lo único que pudiera hacer en ese momento. Me sentía egoísta y mala persona. Creía que no valía nada, que mi vida era una mierda y le estaba arrastrando a él conmigo. Shamu estaba conmigo por lástima, porque no me veía capaz de desenvolverme sola. Me sentía la persona más desgraciada, inútil, tonta, mala y fea del mundo.
No podía parar de llorar en mi almohada empapada en lágrimas. Cuando paraba, un nuevo pensamiento negativo se apoderaba de mí y reanudaba el llanto. Y así una vez y otra más.
La puerta de mi cuarto se abrió.
Yo estaba a oscuras.
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Thais…. – dijo suavemente
Contuve la respiración…
-
Thais… - repitió
Shamu entró y se sentó en la cama, mirándome con la poca luz que entraba del salón.
-
Thais… eh… - el tono de su voz era pacífico y calmado.
Me giré y le dí la espalda. No quería que me viera la cara. No quería mirarle. Sentía que era una fracasada.
-
Oye… escúchame…
- Déjame, por favor, quiero estar sola – protesté.
-
Thais… ven, anda…. gírate…
Shamu estaba sentado en mi cama. Yo estaba tumbada y girada hacia el otro lado. Me cogía del brazo intentando que me girara y verme la cara pero yo no quería voltearme. Seguía con la cara escondida en la almohada.
-
Thais….oye….que quiero hablar… Venga…ven…. – susurraba
En mis ojos seguían apareciendo lágrimas. Por más que mi mente ordenó que cesaran, no hubo ningún éxito.
-
Eh….Thais…gírate, anda, por favor. Que quiero hablar…
En mi cabeza se repetían sus palabras…rebotaba su frase de ”
Quiero hablar… quiero hablar...” mientras seguía llorando cada vez más y más. El ritmo de mi corazón se estaba acelerando al pensarlo, la tensión de mi cuerpo estaba aumentando y notaba como se estaba apoderando de mí la adrenalina característica de mis ataques de ira:
-
Hablar?? No crees que ya he tenido suficiente?? No crees que por hoy ya me has hundido bastante?? Que ya me has hecho sentir lo bastante mierda? Qué quieres hablar tú ahora?? Que quieres decirme??? ¿¿Qué me odias?? ¿¿Qué soy horrible?? ¿¿Qué tengo la culpa de todo lo que pasa en tu vida?? YA LO SE, VALE??? No quiero hablar de nada contigo!! Quiero estar sola, quiero que te vayas a Barcelona, que desaparezcas de mi vida y que me dejes en paz de una vez por todas!!
Me giré de nuevo en la cama y rompí de nuevo a llorar como una desconsolada.
Shamu se quedó inmóvil unos segundos y sin decir nada.
Suspiró profundamente.
Se levantó de la cama y se fue al salón. Apagó la luz.
Oí que se fue hacia su cuarto y que trasteaba por ahí. Le oía moverse.
También apagó la luz.
Se hizo el silencio en la casa.
(...)
(...)
Por el propio cansancio, dejé de llorar y me quedé quieta en la cama, muerta, como si fuera un vegetal. Me dolían los ojos y me picaban. Sentía que me escocía toda la cara del llanto. Tenía la nariz taponada, calor y la cabeza me iba a estallar. Estaba tumbada girada en la cama. No tenía fuerzas para moverme. Estaba agotada.
Noté una presencia en mi espalda, acostándose en mi lecho.
Giré la cabeza....era él....
-
Pero… – repliqué
-
Shhhhhhh….. – me interrumpió acercándose mientras pasaba un brazo por encima de mi y el otro por debajo de mi almohada.
-
Pero qué haces… – pregunté yo casi sin voz
-
Shhhhhhh….- volvió a susurrar -
…duérmete….Necesitas descansar.
"Después de la tormenta viene la calma"