Querido
diario:
La canción que me había dejado Shamu me dejó totalmente aturdida y emocionada. Me había casado muy joven con Miko y francamente, no era nada romántico: apenas solía tener muchos detalles de ese tipo conmigo. Y antes de conocerle, ninguno de los cavernícolas con los que había salido o tonteado tampoco me había regalado un momento así. Sin lugar a dudas Shamu me había tocado muy hondo.
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Thais, si aún no estás segura de que su amor es real, creo que ya es hora de que te vayas convenciendo… - me dije para mis adentros.
Volví a beber un sorbo de vino y de nuevo puse la canción. Retiré las cortinas de las ventanas y observé el exterior, casi no quedaba luz. Seguía lloviendo con fuerza, pero me resultaba relajante escuchar su sonido y observar el horizonte en la incipiente noche.
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Has sido una inconsciente ahí fuera, Thais- pensé -
Podía haberte sucedido cualquier cosa si no hubiera venido a buscarte. ¿Cómo has podido salir en una noche así, con el miedo que te dan las tormentas?
Como cambian las tornas. Lo que hace un beso, un triste pero revelador beso. Hace un rato estaba desesperada ahí fuera, queriendo morir… y ahora… me muero por vivir junto a Shamu. Alcé mi mano hacia mis labios, recordando su beso en la lluvia e inevitablemente, una sonrisa se esbozó en mi rostro.
Le quiero tanto…
Me giré y observé la mesa puesta, con las velas encendidas. La estancia estaba en penumbra y de la chimenea se desprendía un agradable calor. Sabía que esa noche iba a ser especial entre ambos y me sentía nerviosa. Shamu no era de los que hacía las cosas en vano, siempre actúa muy meditadamente y sin dejar las cosas al azar.
¿Qué sucedería? Era nuestra primera noche desde que éramos…¿qué éramos? ¿novios? Se me hacía rara esa palabra y ese concepto después de haber estado casada. Yo ahora era una divorciada y eso de tener novio….se me antojaba extraño. Siquiera me había acostumbrado a mi nuevo estatus de divorciada.
¿un rollo? Uhms… eso suena a poco serio, y…lo nuestro es formal…¿no? ¿y llamarle pareja? De nuevo, sonreí, esa noche era fácil ser feliz.
Eso queda mejor. Entendía su canción como una declaración total de intenciones, suponía que Shamu quería estar conmigo y eso me hacía sentirme neurasténica esperando a que bajara de la habitación a secundar el reporte con sus palabras… y, ¿por qué no?...un beso! Como me gustan sus labios…son suaves…!
Temblé al pensar en ellos y bebí el contenido de la copa de vino de otro trago.
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Uff… como Shamu no baje pronto a mi me va a dar un ataque de nervios…
O eso… o te vas a emborrachar tú solita, chata…, pensé mientras me servía la tercera copa de vino.
Igualmente, por tercera vez me acerqué al CD y volví a poner la canción que me había regalado Shamu. Me encantaba…Regresé a la ventana. Me tranquilizaba la lluvia en el exterior, el sonido, las gotas en los cristales, la oscuridad, las luces a lo lejos. Me apaciguaba y me gustaba. Y más ahora que tanto me recordaba a ese beso y a sus palabras…
Te amo desde siempre y lo único que quiero es estar aquí, contigo, en tu vida… y para siempre…
Suspiré profundamente al evocarlo en mi mente mientras un escalofrío recorría mi espalda, pensando en el hombre viril que era, mojado, abrazándome bajo la lluvia.
Di un respingo al notar una caricia cálida en mi hombro. Era Shamu, besándome por detrás.
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Hola cielo… ¿y ese suspirito?
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Me has asustado, no te oí bajar… - respondí girándome.
Sonreí de oreja a oreja. Había ido bastante rápido en su ducha y hasta se había afeitado.
Madre mía, como me gusta ese olor a after shave…Uf…Qué guapo es…Me encanta!!
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Acabas de poner el CD? – preguntó Shamu.
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No… - dije vacilante.
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No?
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Bueno… sí… - me daba corte decirle que no había parado de oírla desde que subió.
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Ven, Thais – dijo acercándome a él y mirándome directamente a los ojos y en tono grave.
Me derrito… no puedo soportar esa mirada…muero…
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Dime – respondí.
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No voy en broma, Thais. Me gustas muchísimo y quiero que esto vaya en serio, vale?
Me sentía un poco abrumada. Todo estaba sucediendo muy rápido y no era capaz de articular ni una palabra. Estaba muy nerviosa y no sabía cómo responder. Tragué saliva. Simplemente moví la cabeza asintiendo a la vez que intentaba decirle que le quería con mis ojos.
Shamu sonrió tomándome del cuello, y, acercándose, me dio un beso en la frente.
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Tranquilízate, tesoro…ya hablaremos de nosotros, vale?. Anda, vamos a cenar.
Me tomó de la mano y me dirigió a la mesa que tan primorosamente había preparado.
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Siéntate, que traigo la cena enseguida - decretó.
No sabía qué decir. Siempre había pensado que un beso en la frente significaba protección, pero yo esperaba uno en los labios y sentí un punto de decepción.
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Huele muy bien – dije disimulando mi desilusión.
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Un caldito para entrar en calor – respondió –
has estado mucho rato fuera y te irá bien.
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Caldo de los de la abuela toda la tarde haciendo chup-chup?
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Claro…! Llevo cocinando desde las 2 de la tarde!
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Mentiroso… es sopa AVECREM – respondí riendo.
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Pero como el AVECREM es con cariño es como si cocinara desde esa hora.
Shamu se sentó en la mesa conmigo y tomó la botella de vino con intención de servirnos.
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Veo que has dado buena cuenta del vino…!
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Es que era para entrar en calor – desdeñé intentando encubrir la naciente alegría propia de la embriaguez. Me sentía radiante.
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Ya…!! Menos mal que queda otra botella. ¿te sirvo o te plantas? Que no quiero que luego me digas que te emborracho! – dijo Shamu.
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Sirve, sirve…
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Sirvo. Hoy sí tenemos algo que celebrar, no crees? – dijo sonriéndome con la mirada y claramente refiriéndose a mí –
Menudo susto me has dado, Thais…Te juro que hasta que no te he encontrado lo he pasado fatal.
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Si? – pregunté.
Ains… que mono…
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Pues claro que sí…! He visto que comenzaba a llover y sabiendo que estabas fuera creí que me iba a dar un tabardillo buscando por las ventanas, por si te veía. Chin-chin? – preguntó alzando la copa de vino.
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Chin-chin. Brindis, por…? – pregunté
-
Está claro que por ti, por mi y por nosotros, no crees, cielo? – inquirió con una amplia sonrisa en su expresión.
Se me hacía tan raro que me llamara cielo o cariño… aish… pero me encantaba… me sentía flotar en una nube de felicidad. Desde luego, si eso era un sueño no quería despertar jamás, y si no lo era….algo muy bueno tenía que haber hecho en otra vida para que se me bendijera con esos momentos con Shamu.
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Sí. Por nosotros - respondí risueña. Estaba tan contenta…
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En serio, Thais, esto no me lo vuelvas a hacer nunca más. Que mal rato…! Además, aparte del sofoco, he terminado calado hasta los huesos! - dijo tornándose serio de nuevo.
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Ais…jo…bueno…es que no tenías que haber salido. Supongo que ya hubiera vuelto al cabo de un rato. No tenía más opción que esa…
Shamu alargó su mano y me tomó de la barbilla, acariciándola…
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Vida mía… tesoro…en serio crees que podría haberme quedado en casa sabiendo que estabas ahí fuera llorando?
El corazón me dio un vuelco al percibir la ternura y el afecto en su voz. Me parecía estar viviendo un sueño. Shamu era perfecto… la noche era perfecta…las velas…la chimenea… la música…todo era perfecto…hasta ese caldo AVECREM era perfecto. Me sentía tan dichosa…
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Llorando? Tú que sabes si lloraba… - respondí algo avergonzada.
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Thais… no crees que después de tantos años contigo soy capaz de ver perfectamente cuando estás mal?
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Bueno, pero esto no es el chat.
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Razón de más. Aquí gozo de lo que veo, no de lo que me cuentas. Aún así, sabes que no me engañas.
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Juas…!! Te estás marcando un farol conmigo…?? – respondí divertida flirteando con él con la copa en la mano.
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No es un farol. A mí no me engañas. – dijo provocándome.
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Bueno… so listo… que sepas que si me lo propongo, soy capaz de hacerte creer lo que quiera, así que eso de que no te engaño…lo dirás tú!
- No, no me engañas, y efectivamente, lo digo yo - repuso Shamu resolutivo.
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Pues bien que te he engañado todos estos años – dije triunfante.