Es de valientes reir cuando el corazón llora

Iniciado por Thais

Querido diario,

Realmente el que no quiera ver cosas bellas a su alrededor es porque no quiere. Siempre he dicho que la felicidad es la suma de momentos felices, y para verlos, hay que aprender a mirar la vida con otros ojos.

Hubo una época en mi pasado en la que me sólo me fijaba en todas las cosas malas que me sucedían. Hacía una tragedia y una desgracia de cualquier tontería o no tan tontería. Me levantaba por la mañana y me limitaba a estar a la expectativa de ver que desdicha me depararía ese día. Y…diario, no te puedes imaginar la cantidad de infortunios por los que pasamos en las 16 horas en las que estamos levantados! Desde deseos no materializados, alguien que no te saluda o no te responde como tú esperas, que se te acabe el papel de wáter, que no te inviten a una “reunión” clandestina en la máquina de café, una llamada que no llega, un dolor de cabeza, un trabajo que no te gusta, no llegar a final de mes, que te encuentres el coche golpeado en la calle, perder a algo o a alguien, que no cobres algo que esperas, que no encuentres algo que buscas, etc, etc, etc, y un larguísimo etc. Todos los días nos pasan cosas por las que disgustarnos y sentirnos desventurados. Todos!

No hay dos sin tres, decía mi abuela. Las desgracias son acumulativas y cuando nos sentimos mal por algo, no nos sentimos mal por un solo motivo. Hay uno principal y luego agregamos el “y además…. me ha pasado esto… y para colmo… también tengo lo otro….y lo otro… y lo otro”. Cuando te quieres dar cuenta, te sientes un completo desgraciadito creyendo que ya no te puede pasar nada más malo (mentira! Siempre hay más!). De hecho, insistimos en sentirnos mal por no haber tenido suerte ese día.

Ciertamente, recuerdo esa fase de mi vida con mucho respeto.

Un día quise hacer un experimento. Había leído un artículo sobre los antagonismos y dualidad del yin y el yang, lo bueno y lo malo, sobre lo complementarios que eran el uno sobre el otro y pensé en que si en mi vida había parte mala, necesariamente debía haber parte buena. Aunque…¿La proporción? Ni idea.



Cuando veía el símbolo taoísta, reparaba en que siempre dibujaban la misma parte de negro que de blanco, en igualdad de proporciones. Me iluminé y pensé que si había mucha parte mala en mi vida…tal vez significaba que en la misma fracción habría parte buenas. Fue entonces cuando inicié mi comprobación: decidí buscar lo bueno dentro de la parte mala. Los chinos son muy listos y seguro que algo de razón debían tener en sus afirmaciones. Si ellos decían que existía, no podían estar equivocados, sólo había que encontrarlo.

Al principio me costó mucho ver la parte positiva de todo lo que me sucedía. Pero al cabo de un mes, percibí que había convertido ese experimento en un hábito. Y sabes, diario? Tanto insistir en buscar lo bueno finalmente le estaba dando mucho más peso a la parte positiva que a la negativa y repercutía en mi ánimo!

Me fijaba en las cosas bellas que tenía alrededor y me planteaba el concepto de felicidad: ¿significa estar contento siempre? ¿satisfecho? Eso no sería humano! Las personas somos completamente fluctuantes en cuanto a estados de ánimo y no siempre existe una explicación racional para ello. ¿entonces? ¿qué es la felicidad? Si no puede ser un todo completo, necesariamente debe ser una suma de partes que lleguen al todo.

Bien, fijémonos en las partes que componen el todo, es decir, en aquellas pequeñas cosas que nos conmueven el corazón.

Es bello salir a la calle y ver a un padre con un bebé en brazos, resulta de lo más tierno. Es fantástico tener ojos para poder verlo, me hace feliz ser consciente de ello.

Es hermoso que te llame un amigo/a para contarme un problema y se tire 3 horas hablando. Me hace feliz sentir que confían en mí.

Es una bendición tener un trabajo y poder contar con un sueldo ese mes. Por no hablar de la gente tan estupenda que me rodea allí. Me hace feliz.

Podría seguir días y días enumerando cosas bonitas que nos ofrece la vida pero no trato de plasmar eso. Trato de reflejar un momento de dicha que contribuye a mi todo de felicidad: mis chicas. Mis preciosas, guerreras, brujas y viciosas chicas.

A todos nos gusta sentirnos importantes y queridos, sentir que estamos incluidos en algo y participamos de alguien: padres, amigos, parejas… Cuando nos hacen notar su cariño, nos sentimos complacidos, queridos, es como si nos acariciaran el alma, como si recibiéramos un confortable abrazo invisible. Nos invade una sensación de bienestar cuando tomamos consciencia de la vida al sentir que se acelera el ritmo de nuestro corazón debido a una emoción provocada por alguien. Es sentir, es estar vivo. Y diario, sentirse vivo es sentirse feliz. Y mis chicas…me hacen sentir feliz!

Cuando se emocionan, me emociono.
Cuando se ríen, me río.
Cuando lloran, lloro.
Si me agradecen, les agradezco.
Si sienten, siento.
Si sufren, sufro.
Si me quieren, las quiero.

Verdaderamente, diario, vuelvo a repetir mi frase inicial: quien no quiera ver cosas bellas a su alrededor es porque no quiere.



"Acostumbro a sonreír en la vida, es la mejor manera que la vida me devuelva la sonrisa..."

Iniciado por blossom

thais estamos como locas con el diario, sobre él no puedo decirte nada más que no te hayan dicho, pero sobre dietas, uy, no se me escapa ningún truco, me paso la vida a dieta, pero no me privo de nada, desafío hasta a la bascula más precisa del mundo, a ver, tu solución al chocolate es fácil:

Se trata de comprar cacao puro valor sin azÚcar y desgrasado.

este chocolate viene en polvo y puedes hacer multitud de recetas con él, sin calorías, sin azúcar y sin grasa, todo un invento.

Hoy te voy a regalar mi favorita, pero que conste que puedo hacer hasta nocilla sin calorías con él:

helado de chocolate sin remordimientos:

ingredientes:

• 8 yogurt natural desnatado.
• sacarina lÍquida (30 gotas por yogurt)
• 8 cucharadas de leche en polvo desgrasada (central lechera asturiana es la única marca que he encontrado que la hace)
• 5 cucharadas de chocolate valor sin azÚcar y desgrasado.

se mezclan todos lo ingredientes en un bol de cristal, cuando estén perfectamente integrados se mete el bol en el congelador. Durante dos o tres horas lo sacamos cada 1/2 hora para removerlo y que así no se formen cristales de hielo y conseguir textura de helado y no de polo.

Al cabo de unas horas sacar del congelador y a disfrutar de un helado sin calorías y delicioso al paladar.

Iniciado por Ohana24

Thais pues las cantidades yo creo que son NORMALES totalmente. Los bocatas que me hago para desayunar o para merendar siempre son o tamaño mini (tipo... 4 dedos de ancho por 6 de largo como mucho!!) o me hago un sandichw de 2 tostadas de pan integral. Luego para comer y cenar intento siempre hacerme un primer plato (la mitad del plato) de verduras y luego un segundo plato (la mitad del plato también) de otra cosa como carne, pescado, pasta, arroz.... y luego me tomo mis 3 piezas de fruta al día. La verdad es que yo creo que mejor no lo puedo hacer!!

Martuxa85 está genial eeeee!! Es que cuesta muchísimo dejar algo así. Yo no fumo pero, aunque parezca una tontería, me pasa lo mismo con las chucherías. El médico me las quitó y soy incapaz de dejar de comerlas de sopetón y creo que nunca en mi vida he podido dejarlas del todo... así que te entiendo y lo estás haciendo genial!!

Iniciado por Thais

Blossom que bueeeeeeeeeeenooooooooooooooooooooo!!!!! Se me acaba de hacer la boca agua!!! Y eso que ahora no apetece helado frío!!

Yo es que soy una fan de las recetas alternativas. El otro día hice un flan con leche de soja sabor vainilla, el preparado potax y en vez de azúcar, estevia, que no tiene nada de calorías. Me salió riquísimo y apenas engorda!

Gracias, nena!!

Iniciado por Blossom

Jaaa, yo hago el flan de huevo tradicional, al baño maría y al horno, con huevos, leche desnatada y estevia o sucralín (derivado de la glucosa sin calorías y que a diferencia de la sacarina admite cocción), otro invento de los míos, queda con los agujeritos típicos del flan de huevo tradicional y todo.

Si me hago hasta gominolas con gelatina neutra e infusiones de hisbiscus

Otro día te cuento más que no quiero saturarte tu diario.