Querido
diario,
La cara de pasmo que debí poner cuando ví que Shamu se alejaba de mí en dirección a la cocina…debió ser un poema. Pero este tío… de qué coño va? Primero me saca a bailar y luego…ese desplante? Estaba imbécil? Joder, tuvo que haber notado que yo quería que me besara!! Te juro que no entendía nada…
Me entró tal cabreo que fui detrás de él a poner la mesa en dos zancadas y comencé a colocar los cubiertos y los vasos dando golpes a las cosas y sin abrir la boca.
- Eh..!! Ten cuidado… a ver si vamos a tener que comprar una vajilla nueva…
Ya te digo si la vamos a tener que comprar, porque pienso rompértela en toda la cabeza, capullo.
Si las miradas matasen… te aseguro que Shamu hubiera caído fulminado en ese momento. Me sentía frustrada, decepcionada por no haber podido materializar ese beso que tanto quería. No entendía cómo él se había apartado de esa manera. No me podía creer que no se hubiera dado cuenta, joder… pero si habían saltado chispas!! Yo lo había notado! ¿Cómo podía ser que él no lo hubiera hecho? Era imposible!! Se había apartado adrede y me había dejado más tirada que una colilla! Con un palmo de narices…
Cuando empezamos a comer, no quise ni hablarle. Estaba muy mosqueada, y a medida que pensaba en ello, más me encendía por dentro. No me daba la gana de darle conversación. Si quería, que hablara él. Yo paso.
-
Nunca te había oído cantar, Thais. - dijo él con toda normalidad
Ni me volverás a oír, imbécil.
- Ya. - repuse.
Seguí comiendo en silencio.
-
Qué te parece el arroz? Para no conocer la cazuela y el fuego, no ha salido mal, no?
Me parece que el arroz es tan asqueroso como tú.
-
Bien. Se deja comer. - respondí
-
Cualquiera lo diría- rió Shamu -
podrías poner un poco más de entusiasmo.
Perdona?? Quien me está hablando a mí de entusiasmo?
-
Entusiasmo donde - dije con frialdad
-
Pues con mi comida. Que llevo media mañana cocinando, ejejejej!
No, si encima guasa. Será imbécil…
-
Me voy a echar una siesta. Estoy cansada. Te importa? – dije levantándome de la mesa y con el semblante serio.
-
Pero… er… Thais… casi ni has terminado de comer…
-
Tengo el estómago revuelto y no me siento muy bien. Será el agua de aquí. Déjalo todo, que cuando me levante lo recojo todo, no te preocupes. Y mi comida, no la tires. Luego, si me siento mejor, me la comeré.
Recogí mi plato de la mesa y lo guardé en el microondas. Me giré y me fui al cuarto dejando a Shamu un tanto atónito sentado en la mesa, terminando de comer.
Me tiré en la cama malhumorada. No quería estar ni un solo minuto más con Shamu en la misma habitación. Si seguía con él 5 minutos más, estaba segura de que le iba a dar una bofetada en la cara.
Este tio es gilipoyas. No se qué coño haces perdiendo el tiempo, Thais.
Me sentía herida y rabiosa con Shamu. Recordé lo animada que me había levantado esa mañana. Me iba a comer el mundo y me había comido una mierda! En mi mente se dibujó el momento en el que nos quedamos tirados sobre la hierba, abrazados y casi a punto de besarnos. Pero no, el muy estúpido había creído que su jodido sombrero era más importante que besarme. Yo había tonteado con él durante todo el camino, había intentado provocarle, flirtear con él!! Con lo distante que soy yo, había estado pegándole, picándole con tonterías, como una idiota de quince años me había paseado delante suyo moviendo el culo, incluso me atreví a medio cogerle la mano!! Me había pintado como una puerta para llamar su atención, no perdía oportunidad de agacharme y presentarle mi escote, le había intentado rozar
“sin querer” con mi pecho en la cocina mientras guardábamos las cosas, pero nada. El tío frígido ni se había inmutado!
Menudo estúpido, idiota, imbécil y capullo.
Comencé a analizar el motivo por el que se había podido comportar así y en mi mente apareció Huno.
“La quiero, pero como amiga”. El corazón se me agitó al recordar esas palabras.
¿Y si…? No..., no? No podía ser que… verdad? Uhmm… Era imposible…No sería…? Shamu no se lanzaría por eso..., no? Por favor… dios mío… no me digas que Shamu no se lanza porque no quiere nada que no sea amistad conmigo…”
Uff…
Uffffffff…..
Ufffffffffffffffffffff…..
Dios mio, no podía ser verdad, no? No podía ser. Si un día me amó no podía ser que no tuviera nada en ese corazón…era imposible! Algo tenía que sentir…no?
En mi cabeza comenzaron a a aparecer toda clase de sentimientos negativos y pesimistas al respecto. Pensé que estaba poniendo a Shamu en un aprieto si realmente no quería estar conmigo. Por momentos fui pasando de la rabia y de la ira a la tristeza y a la depresión de pensar que Shamu no me quería.
No sé el tiempo que estuve ahí pensando. No me sentía con fuerzas de bajar y enfrentarme a él. No me apetecía nada verle reír, bromear, sonreir… mientras yo me sentía tan mal. Comencé a dudar sobre mí. Tal vez no había sido tan buena idea intentar ligar con él y volver a despertar sus sentimientos. Quizás le estaba poniendo en un aprieto y no quería rechazarme de forma directa por no herirme…
Estaba en la cama estirada, tratando de dormirme mientras asomaban a mi cabeza toda clase de sentimientos negativos. Quería que el tiempo pasara lo más rápido y fácil posible y sabía que si me dormía, eso sucedería.
Tan ensimismada estaba con mis pensamientos que siquiera oí a Shamu subir a la planta de arriba y entrar en la habitación. Al notar una mano en mi espalda me incorporé con un brinco del sobresalto que me causó que alguien me tocara.
-
Eh….tranquila… soy yo… - susurró Shamu.
El corazón se me aceleró en un instante. No sabía si del susto o de verle a él.
-
Me has asustado… - dije yo con un hilillo de voz.
-
Lo siento…creí que me habías oído entrar. Te he despertado? – preguntó en voz baja y calmada.
-
No…estaba despierta…
-
Qué tal te encuentras? – preguntó dulcemente y con cara de preocupado.
Pensé en que un rato antes le hubiera querido mandar a la mierda, pero…ahora le tenía ahí…y…sentía que… ais…. le quería. Le amaba con todas mis fuerzas y lo único que sabía en ese momento era que no quería perderle.
-
Bien… bueno… - me puse la mano en la cabeza – me duele un poco la cabeza…
Tanto pensar no era bueno… Sabía que probablemente el dolor de cabeza sería por el disgusto que me había llevado un rato antes.
-
Pero no era el estómago? preguntó sorprendido.
-
Sí… bueno…antes sí pero el estómago ya bien… - dije yo sin demasiada energía.