Llevo unos días sin escribir aquí, con esto del puente y que mi chico no ha trabajado, hemos estado por ahí y cuando no estabamos por ahí, pues hemos estado haciendo otras cosas
Hoy empiezo mi sexta semana de embarazo, estoy feliz y nerviosa o ansiosa, en 8 días me hacen una eco para ver si todo va bien y estoy deseando que llegue el día y saber que mi bichito está bien agarrado, crece y que su corazoncito late.
Tengo tantas ganas de que esto vaya bien, que estoy aterrada de que no sea así.
Después de una separación, de verme con el agua al cuello viviendo sola con mi hija para poder darle todo lo necesario, de una depresión que si no es gracias a mi hermana mayor que me obligó a ir al especialista, nunca hubiera rehecho mi vida... Ahora me veo feliz, con mi chico por el que siento algo que jamás había sentido, la persona que me ha demostrado que cada día puedes estar más enamorada, que se lleva con mi hija a las mil maravillas, una vida con la que siempre soñé y nunca tuve hasta hace medio año. Ahora que veo que está todo bien, ahora tengo miedo de que un factor falle y me haga volver a regresar a ese mundo donde nada me sale bien, donde parece que la felicidad plena no está hecha para mí. Donde siempre hay algo que lo estropea.
Deseo que todo vaya bien y poder sentir cómo mi familia crece, cómo mi chico sigue cada día acariciandome la barriguita y verle sonreir cada vez que me mira. Ese es mi deseo para estas navidades, poder construir esta nueva vida con unos cimientos sólidos que hagan que dure toda la vida, que aguante tempestades y que si se cae, siempre se levanta otra vez....
Hoy me he levantado con las emociones a flor de piel, siempre la espera es angustiosa, la espera a que llegue la ovulación, la espera a que no baje la regla, la espera a que salgan las 2 rayitas y cuando todo eso está bien, la espera a comprobar que todo sigue avanzando normalmente....