El vínculo afectivo: el apego
Las personas nacemos con la capacidad de elaborar lazos afectivos que tienen un valor de supervivencia en los primeros años de vida. La naturaleza y la calidad de estos lazos en la infancia definirán las relaciones posteriores adultas.
El apego es el vínculo emocional que se establece con personas que son importantes para nosotros, que no pueden ser sustituidas por nadie, que nos proporcionan seguridad, confianza, que se encuentran ahí cuando las necesitamos.
Tipos de apego
Apego seguro:
Se produce cuando la relación está basada en la confianza, en la sensibilidad, en las respuestas inmediatas ante la adversidad y las emociones positivas.
Cuando la mamá sale de la habitación los bebés pueden llorar y protestar pero de forma moderada ante la separación, ya que tienen confianza en su regreso. Cuando vuelve a entrar, muestran síntomas de alegría.
Este tipo de apego hace que las personas sean más positivas, integradas y más confiadas en sus relaciones interpersonales.
Apego inseguro evitante
Se produce cuando las respuestas del adulto son frías. El niño llora y la mamá no acude o se produce un rechazo de los padres hacia el niño. Estos niños no muestran ansiedad ante la separación y apenas alegría cuando se reencuentran.
Suelen determinar un tipo de persona evasiva, que no encuentra satisfacción en las relaciones interpersonales. En la escuela puede que se sientan incómodos y se mantengan distantes, por lo que su adaptación es más costosa.
Apego inseguro-ambivalente
Se produce cuando las respuestas son variables y contradictorias. Cuando el niño llora, los padres a veces acuden y a veces no. Estos niños suelen mostrar ansiedad cuando sus padres se van pero no se alegran en el reencuentro.
Esto puede determinar personas que aunque pretendan tener relaciones duraderas y estables sientan inseguridad y temor por perderlas, entonces prefieren alejarse de ellas.
La intervención educativa requerirá actuaciones según el tipo de apego ya que ante una regañeta puede ocurrir:
- En los niños con un apego seguro: se enfadarán pero no lo viven con demasiada ansiedad ni pensarán que ya no los quieren.
- En los niños con apego evitativo: como acostumbran al rechazo y a la falta de respuesta, tenderán a ignorar.
- En los niños con apego ambivalente: se angustiarán e intentarán llamar la atención del educador mediante conductas descontroladas, se sentirán amenazados.
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