Diagnóstico de la Espina Bífida

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Controles de rutina
Anteriormente ya hemos hablado sobre qué es la espina bífida y cuáles son los factores que pueden posibilitar su aparición. En esta ocasión hablaremos de los controles prenatales y los síntomas que pueden delatar esta malformación.

Uno de los controles de rutina que se indican en el embarazo es un análisis de sangre en el primer, segundo y tercer trimestre. En éste se miden los niveles de ciertos marcadores bioquímicos. En el del segundo trimestre especialmente podemos ver los niveles de alfa-fetoproteína, una proteína producida por el feto que llega a la sangre de la madre y, en caso de anomalías, suele encontrarse en mayor cantidad. Si bien el aumento de la proteína no significa necesariamente que el bebé presente una malformación, sí se trata de un embarazo de alto riesgo y deberán realizarse estudios más precisos.

Las ecografías (sonografías)
Las ecografías también representan una técnica de diagnóstico habitual. Con un equipo especial, se decodifican las ondas sonoras de alta frecuencia y se devuelve una imagen que permite ver los vasos sanguíneos, tejidos y órganos. En este estudio podremos ver si el bebé presenta una malformación y también, se puede apreciar el funcionamiento de ciertos órganos y evaluar el flujo sanguíneo.

Amniocentesis
Si los estudios anteriores muestran alguna anomalía o si existen factores de riesgo que pueden determinar su aparición, el médico puede solicitar que se realice una amniocentesis. En este procedimiento se inserta una larga aguja a través de la pared del abdomen que llega al saco y permite extraer una muestra del líquido amniótico. Este estudio permite determinar si existe una anomalía del tubo neural abierto pero no se detectan las malformaciones cerradas o pequeñas.

Ecografía de la espina
Una ecografía de la espina fetal también permite reconocer la espina bífida abierta.


Controles en el momento del parto
En el momento del parto también se deben tomar recaudos. Se suele realizar cesárea para prevenir daños en la médula espinal. Si la anomalía es grave, el bebé deberá permanecer en cuidados intensivos y se le podrá realizar una operación para corregirla, aunque esto no puede reestablecer las funciones afectadas.

La espina bífida oculta y abierta
La espina bífida oculta no es detectada durante el embarazo y muchas veces, no se lo hace hasta edades avanzadas pero puede traer aparejados numerosos síntomas que delatan su aparición: debilidad en las extremidades inferiores, atrofia de un pie o pierna, poca sensibilidad, alteración de los reflejos, incontinencia urinaria o heces o retención de orina y deformidades en los pies. En el lugar de la lesión puede presentarse una mancha, vello o protuberancia.
En los casos de espina bífida abierta, se presenta una notoria protuberancia en la zona de la espalda. Si la lesión es grave, debe realizarse cirugía para cerrarla y evitar una infección.