Zumeya, yo no sé las demás, pero cuando empecé a gritar ya no era por el dolor, sino por el esfuerzo. A mí cuando me venían las contracciones, me dedicaba a morder la sábana, jeje. Pero luego, cuando te entran las ganas de empujar, es cuando empiezas a gritar pero por el esfuerzo, ya digo. Al menos ésa fue mi experiencia