Os cuento MI PARTO:
El jueves 23 me hicieron monitores y sin novedades, pero al verme la gine me hizo tacto y eco y vio que el parto estaba próximo, pero estaba un poquito justa de líquido, así que me hizo la maniobra de Hamilton para ver si aceleraba un poco el asunto, y si no al día siguiente debía ingresar para una inducción a las 09:00 horas. A la familia y amigos dije que volvería el lunes para monitores, no me apetecía pasar por una inducción con todo el mundo pendiente de mí.
Me fui a casa de un familiar a comer, por dar un paseo y pasar la tarde acompañada... y a las 15:00 empezaron las contracciones, al principio eran cada 10-15 minutos, mi marido me llamó que había acabado pronto el trabajo y venía a comer (biennnnn)

. Empecé a comer y me daban las contracciones cada vez más seguidas y más fuertes. Quise aguantar hasta que mi marido llegase y comiese para que no se asustase y dijese de salir corriendo, y en esto las 16:30 pasadas, ya me decido y le cuento que estoy con contracciones cada 5 minutos desde hace rato.
Pensé que siendo primeriza y pudiendo esto alargarse, mejor aguantar lo posible, darme una ducha, y ver si me calmaba o relajaba o si se aceleraba todo... mi sorpresa fue que salí de la ducha ya con contracciones cada 2 minutos.
Salimos al hospital a las 17:45 y llegamos en nada. Entré a las 18:00 horas, me hace una exploración la matrona y me dice que estoy dilatada de 3 y cuello totalmente borrado. Me pregunta si querré epidural y digo OF COURSEEEE!!!, y me deja con monitores puestos para ver la dinámica de parto, y que en un rato vuelve.
A las 18:10 rompo aguas en mitad de una contracción. Viene la matrona y ve que el líquido está limpio y que siga con los monitores.
Y a las 18:30 empiezo a notar unas ganas tremendas de querer empujar, y empujar y empujar. Tanto que me resultaba doloroso aguantar más que las propias contracciones. Ya a las 18:50 pido a mi marido que avise a alguien, que me traigan calmantes, la epidural o el martillo para la cabeza (acordándome de Freija, jajaja), y sobre todo que diga que
tengo muchas ganas de empujar. Me llevan en silla de ruedas a la sala de dilatación-paritorio y al hacerme exploración la matrona me dice que estoy dilatada de 10 y con el niño empujando, que a la próxima contracción que haga fuerza y a dar a luz

. No me lo podía creer, apenas llevaba una hora en el hospital y me decían que iba a tener a mi niño YAAAAA!!! Por supuesto sin epidural, ya era imposible de poner.
Empecé con los pujos, que al principio hice mal porque me daba vergüenza, me dijo que apretase como para hacer caca... y yo pensando que a ver si iba a escaparse algo y no empujaba bien, hasta que la chica me dijo que sin miedo, que ella estaba allí para ayudarme y que dejase a mi cuerpo actuar, que apretase muy fuerte que todo iba rápido. Y nada... creo que en 5 empujones empecé a notar presión y dolor, con cada contracción era liberador poder empujar, al tiempo que era doloroso notar como todo iba encajándose.
Empezó a decirme la matrona que ya se veía la cabeza, mi marido emocionado diciendo que era moreno, que ya lo veía, y yo que no podía ni contener el temblor que tenía de hacer fuerza. Dos empujones más y empecé a notar que la cabeza coronaba, QUE DOLOORRR, yo le decía a la matrona "Quema mucho, quema muchooooo", jajajaa, y la matrona me dijo, trae la mano, que tocarás su cabeza, ya tiene la frente fuera, al siguiente empujón sale!!! Mi marido, la matrona y la enfermera dándome ánimos, recuerdo que yo en un momento dije que no podía apretar más fuerte, que no podía más, y me animaron un montón, noté una super contracción.....
Y noté su cabeza salir... noté como lo giraban.... y lo pusieron sobre mi pecho. Todo en un segundo... pero el segundo más bonito, liberador, doloroso y especial.
Luego placenta y demás, un par de puntos por dentro, sin episiotomía... pero en esos momentos, como si me cortan un pie. No podía dejar de mirar a mi niño y no podía creer que lo tenía en mi pecho. Estaba tan emocionada, cansada y dolorida que no era ni consciente de la realidad....
La familia no sabía ni que estaba en el hospital y yo tenía ya a MI HIJO encima. La matrona me cosió mientras mi marido nos hacía las primeras fotos juntos. Luego avisó a la familia y dijo que ya teníamos a Héctor con nosotros.
Ya en paritorio, en el piel con piel, Héctor se agarró al pecho. Desde entonces no lo ha soltado, jajaja.
Y así fue mi parto. En unas horas estaba en pie y dándome una ducha, con la zona "0" dolorida, pero feliz de la vida.
Recuerdo que el sábado por la mañana fue el primer momento en que lloré. Mi marido tenía al niño en brazos... le pregunté que tal se sentía... y no pudimos casi ni hablar y empezamos a llorar. Todo había sido tan rápido y con tantas visitas que ni tiempo de estar los tres solos en paz.
