Las preferencias se tienen y suelen ser involuntarias (como el no tenerlas), así que de culpabilidades, nada. Lo que hay que tener cuidado es en no poner demasiado peso en ellas (preferencias), porque hay un 50% de probabilidades de que sea una u otra cosa. Y al final, da igual: un hijo te roba el corazón, independientemente de su sexo.
Yo nunca he sido de jugar mucho a muñecas, ni de coletitas ni de rosa, pero ea! Ahí me ves, me sale, me nace, es mi hija y la ADORO. Aunque en su día preferí el niño (más que nada porque somos muchas mujeres en la familia! jajaja). Por eso ahora, como lo he vivido y sé lo que se siente cuando l@ ves por primera vez, es verdad que me da igual, sé que me voy a enamorar de nuevo.
Lo que sí que llevo mu mal son los nombres de niña

Pero bueno, que esté sanit@... es lo más importante.
Besotes!!