Después de esta mini presentación... continuo.
29 de agosto de 2011
Ese día fue cuando mamá fue consciente que ya estabas entre nosotros. La verdad es que fue una sorpresa... Mamá y papá siempre habían puesto medidas, pero no pienses que tu llegada fue una decepción, fue un susto, pero sólo al principio.
Mamá se hizo un test porqué llevaba días con vómitos y mareos y la señorita de rojo no llegaba. Cuando vi el positivo en el test... me maree y empecé a sentir miedo. Miedo de que tu padre me dejara sola o yo que sé que. La verdad es que luego, cuando se lo conté a tu papá y el me dijo que tiraríamos adelante los dos juntos, me sentí tonta por pensar la idea de que quizás me abandonaría.
Decidimos que lo guardaríamos en secreto las primeras semanas, como mínimo hasta que encontráramos un piso para vivir los dos y tuviésemos cierta estabilidad económica.
Papá trabaja a 500 km de donde vivimos y sólo puede vernos los fines de semana, ¡que palo!, pero bueno, dentro de nada estaremos todos juntos. Como se suele decir, si Mahoma no va a la montaña, la montaña ira a Mahoma.
12 de septiembre de 2011
Mamá vuelve a los estudios. La verdad es que como que me paso los días enteros en el baño, y parezco la niña del exorcista vomitando por todos los lados... Tenía miedo de que mis compis me lo notaran, pero de momento sigue siendo un secreto para ellas
23 de septiembre de 2011
El día anterior mamá se había enfadado con papá... me llamó gorda y tetuda y yo me cabreé. Ya se sabe, el embarazo conlleva cambios físicos y emocionales... cambios físicos como el crecimiento de la tripa y los pechos y cambios emocionales como la mala ostia que vivió en sus propias carnes tu padre ese día
. Mamá nunca ha sido de tener muy mala leche... pero querido bichi... las hormonas hablan por mi! No soy dueña de mis actos.
De todas formas todo acabó y le pedí perdón. El día 23 por la noche empecé a sangrar. La verdad es que tenia miedo y se lo conté a la abuelita. Ella no sabia nada de mi embarazo, ya te digo hasta ese día fue un secreto de tu papá y mio, pero llegados a ese punto tuve que contárselo. Al principio se mosqueó un poco, pero te puedo asegurar que te quiere mucho, mucho. El abuelo se lo tomó mejor, y tu tío... ¡ni te digo!.
Bueno , al grano. Nos fuimos corriendo al médico y pudimos verte por primera vez. Nos dijo que estaba todo OK, pero que tenia que reposar unos días, así que aquí me tienes , enclaustrada en la cama, con el portátil y el mando de la tele al lado.
Al saber eso, papá vino corriendo y ayer estuvimos juntitos los tres. Luego trajo a tus abuelos paternos y se lo contamos también. La verdad es que están todos muy contentos con tu llegada, y pensar que teníamos un miedo terrible de contárselo a todos!
Y nada más, lo dejo por hoy.
Un beso bichi